Reducción de Pecho
Reducción de pecho
La operación de reducción de pecho se realiza con menos frecuencia que su opuesta, el aumento de pecho. Sin embargo, es una técnica de alto nivel quirúrgico que soluciona un trastorno físico importante, el de las mujeres cuyo pecho es demasiado grande.
Si se encuentra usted en esta situación, sin duda sufrirá los inconvenientes, tanto para la estética como para la salud, que trae consigo un pecho con exceso de volumen.
Dificultad para encontrar ropa de su talla que le abroche a la altura del pecho o que le quede bien por culpa de este.
Aparentar tener más peso corporal del que tiene.
En mujeres muy jóvenes en las que los senos empiezan a crecer mucho durante la adolescencia, sentimientos de vergüenza o incomodidad de ser observada.
Dolores de espalda y cuello por tener que soportar de forma continuada el peso.
En algunos casos extremos, incluso dificultad respiratoria, al estar dificultado el movimiento del tórax.
Dolor y formación de un surco en los hombros, ya que los tirantes del sujetador «se clavan» al soportar tanto peso.
Dificultad para encontrar su talla de sujetador, y que los modelos que se fabrican en estas tallas no son precisamente atractivos.
Problemas de irritación de la piel en el surco que hay debajo de los senos, como grietas y escoceduras, ya que esa zona tiende a macerarse al no estar bien ventilada.
Incomodidad a la hora de hacer deporte y otras actividades físicas.
La intervención quirúrgica de reducción de pecho que realizamos y que soluciona este problema, la mamoplastia de reducción, está diseñada para reducir y aligerar las mamas eliminando tejido sobrante, tanto graso como glandular y de piel, de la parte inferior de las mismas. Además de readaptar el resto para dar forma más firme y redondeado.
Con esta intervención se consigue:
- Reducir el volumen de las mamas.
- Disminuir el tamaño y corregir el contorno de las areolas, que con frecuencia están también agrandadas o incluso deformadas.
- Elevar o reafirmar los senos ya que en prácticamente todos los casos de mamas muy grandes suelen estar caídas. La intervención soluciona también esto.
Le informamos con todo detalle sobre esta operación en las siguientes páginas. Además, puede visitar, si así lo desea, nuestro apartado de Preguntas frecuentes sobre la cirugía de reducción de pecho, donde proporcionamos respuestas a las dudas que nos consultan las pacientes que acuden a nosotros. Y también nuestra sección de blog sobre la mamoplastia de reducción.
Asimismo, nos tiene disponibles para una primera cita gratuita donde le informaremos sobre nuestras soluciones, precios y facilidades.
El vídeo que mostramos a continuación presenta, de forma resumida pero en todos sus pasos, una intervención completa de mamoplastia de reducción.
Deberá tener en cuenta que las imágenes que aparecen en nuestros vídeos corresponden a filmaciones reales en quirófano, no a simulaciones ni a animaciones.
Conviene que lo tenga en cuenta si cree que su sensibilidad puede verse afectada por ellas.
RESOLVEMOS TUS DUDAS
Esta operación suele realizarse en pacientes que presentan mamas de tamaño grande, simétricas o no, que en casi todos los casos suelen estar también caídas, debido a que el peso de las mamas va haciendo que la piel ceda. Por eso es muy habitual que las areolas sean igualmente grandes y estén a veces deformadas por estiramiento.
Las mujeres con este problema suelen estar preocupadas no sólo por la cuestión estética de la silueta corporal, sino por molestias y dificultades que encuentran en su vida y actividad diarias, como ya mencionamos en la página anterior. Tras la reducción de las mamas, estas pacientes notan de forma inmediata un gran alivio y mejoría en todos estos aspectos, por lo que su calidad de vida se eleva de forma sustancial.
Aunque en la mayor parte de las ocasiones la formación de unas mamas de gran volumen es paulatina a lo largo de los años, y va de la mano de los embarazos y/o de la ganancia de peso corporal, hay casos específicos en que las mamas se desarrollan exageradamente ya durante la pubertad. Es lo que se ha dado en llamar técnicamente «hipertrofia virginal de la mama». Encontramos por ello pacientes muy jóvenes, casi adolescentes aún, con mamas grandes que las acomplejan y que, andando el tiempo, les causarán los trastornos de espalda y demás molestias típicos de estos casos.
Por lo anterior, ésta es una intervención que, en casos seleccionados y muy bien estudiados, puede estar indicada en pacientes menores de edad, siempre tras la correspondiente valoración psicológica de madurez y si los problemas que causa la hipertrofia mamaria así lo justifican. En el resto de los casos es siempre preferible esperar a que la paciente tenga más años para realizar la reducción de mamas, ya que el pecho puede estar aún en proceso de desarrollo y continuar creciendo.
Esta operación debe realizarse en mujeres con hipertrofia de las mamas que tengan buen estado general de salud, es decir, que no padezcan enfermedades graves y que los trastornos que tengan, si los hay, estén bien controlados y tratados por su médico correspondiente antes de someterse a la reducción de pecho. También deben tener la madurez y estabilidad psicológica necesaria para comprender la naturaleza de la intervención, el grado de reducción de volumen que se puede obtener y las cicatricesresultantes, de las que hablaremos en las siguientes páginas.
Deben ser conscientes de que, con este procedimiento, si hay un embarazo en el futuro no es seguro que las condiciones sean ideales para dar el pecho al bebé, más que nada porque se elimina parte de la glándula mamaria, y la restante puede no producir suficiente leche para amamantar adecuadamente, aunque sí es posible hacerlo, por las ventajas para la inmunidad del niño y por el contacto emocional madre-hijo, complementándola si es necesario con leche de fórmula.
Como en todo procedimiento de cirugía estética, es importante una adecuada planificación de su cirugía de reducción de pecho. En nuestra sección «Cirugía > Pasos de una intervención quirúrgica > La visita informativa» podrá encontrar información detallada sobre cómo transcurre el primer contacto con la cirujana en nuestro centro CMP de Sevilla. Aquí hablaremos de esta visita a propósito de la cirugía de reducción mamaria.
En la primera entrevista en consulta con la Dra. Prada, cirujana plástica que es quien realizará la intervención, podrá explicarle su caso, desde hace cuánto tiempo padece el problema y cómo le afecta en su vida diaria, así como hablarle de su salud en general y de cualquier otro detalle que sea relevante, como tratamientos que esté realizando, alergias, etc. También podrá preguntarle todas las dudas que tenga. La doctora le explicará la técnica que ella utiliza para realizar la intervención, y que comentaremos en las páginas siguientes.
En la exploración física, la Dra. Prada valorará el volumen de sus mamas, el grado de caída, la amplitud de su base en el tórax, la forma y diámetro de las areolas, la simetría, la calidad de su piel, etc. A la vista de estos datos, la cirujana le indicará si la técnica es apropiada para usted o si es necesaria alguna variación. También, si usted le comunica sus expectativas en cuanto a resultados, ella podrá decirle si pueden conseguirse o si hay algún hecho particular que los dificulte o limite.
La doctora le dará un documento informativo detallado con explicaciones sobre la intervención, su número de teléfono móvil personal para que pueda consultarle toda duda que le surja después de la visita, las recomendaciones para antes y después de la intervención, y el consentimiento informado. También le dará un presupuesto por escrito, que es cerrado e incluye todos los conceptos salvo el estudio preanestésico y el sujetador sin aros que tendrá que comprar para el postoperatorio. Le informará sobre la financiación, en caso de que desee hacerla con nosotros.
Ha de saber que la cirugía de reducción de senos sólo está cubierta por la sanidad pública y por las compañías sanitarias privadas en casos de grandes volúmenes con trastornos asociados importantes en la columna vertebral por peso, etc., lo que debe ser documentado mediante informes médicos, y cada caso es sometido a valoración por parte de un tribunal médico, lo que significa que es un proceso lento. La cirugia de la hipertrofia mamaria de tamaño más moderado es considerada cirugía estética, y por tanto no queda cubierta.
La cirujana le explicará también los preparativos para el día de la intervención, como son realizarse el estudio preoperatorio, del que hablamos también extensamente en nuestra sección «Cirugía > Pasos de una intervención quirúrgica > El estudio preanestésico». Si decide en ese momento realizarse la intervención con nosotros, puede hacerse la Historia Clínica y fijarse la fecha y hora de la intervención. En caso contrario, puede concertar una nueva visita preoperatoria a tal fin.
El día de la cirugía tendrá que acudir en ayunas, tanto de comida como de bebida, desde 6 horas antes de la intervención, ya que se realiza bajo anestesia general.
Es importante que tenga en cuenta, si es fumadora, que debe restringir el consumo de tabaco lo máximo posible en un período de unas tres semanas antes y después de la intervención, ya que la nicotina contrae los vasos sanguíneos, necesarios para una correcta cicatrización de los tejidos. Puede tener el efecto de que las inicisiones no se cierren bien, o que partes de la mama, como la areola, sufran. Este peligro se da en todo tipo de intervenciones, pero mucho más en aquéllas, como ésta, en que hay que movilizar tejidos de un punto a otro, lo que significa que durante un tiempo el riego sanguíneo de los mismos está algo limitado.
La cirugía de reducción de pecho, técnicamente llamada mamoplastia de reducción, es una intervención importante que ha de ser realizada en una clínica que cuente con todos los medios necesarios.
En Centro Médico Prada, CMP, de Sevilla, utilizamos indistintamente las instalaciones de dos clínicas privadas grandes y modernas, el Hospital Infanta Luisa, en Triana, o el Hospital Viamed Santa Ángela de la Cruz, en Bellavista. Cada paciente nuestra elige cuál de las dos prefiere para su intervención.
La duración de la cirugía suele ser de unas tres horas. Ha de realizarse bajo anestesia general, por lo que requiere una estancia posterior en la Sala de despertar y un ingreso hospitalario en planta que normalmente es de 24 horas. Se dejan unos drenajes, que se pueden quitar normalmente antes del alta a domicilio.
Existen diversas técnicas quirúrgicas para reducir el tamaño de las mamas, pero todas ellas coinciden en situar las cicatrices resultantes en una ubicación que pueda ocultarse bien con un sujetador o bikini. Esto significa que las incisiones se realizan desde la areola hacia abajo, y que la porción de piel, glándula y grasa que se elimina proviene de la parte inferior de la mama.
Dentro de ese criterio, las técnicas tradicionales de mamoplastia de reducción tenían un patrón de cicatriz conocido como «en T invertida» o «en ancla», compuesto de tres partes:
- Una cicatriz circunferencial alrededor de la areola.
- Una cicatriz vertical que va desde la parte inferior de la areola hasta el surco submamario.
- Una cicatriz, horizontal en su mayor parte, que va contorneando el citado surco, y que es larga.
Sin embargo, existe una técnica más moderna, denominada de Lejour, que permite hacer la reducción de mamas a veces sólo con la cicatriz periareolar y la vertical pero, o bien prescindir totalmente de la horizontal del surco, o bien, si ésta es necesaria, hacerla muy corta, según los casos. Ésta es la técnica que nosotros empleamos.
La técnica de Lejour no sólo nos gusta por dejar una cicatriz mucho menor que las técnicas tradicionales, sino porque consigue una forma de mama más proyectada y redondeada, mucho más deseable para las pacientes. Además, preserva muy bien el riego sanguíneo que va a la areola y al pezón, por lo que permite reducir y subir mamas de grandes volúmenes y descensos con seguridad. También es respetuosa con las fibras nerviosas que van a esta parte esencial del pecho, por lo que es raro que haya pérdidas de sensibilidad en ella, y si se dan suelen ser transitorias.
A pesar de que muchas pacientes nos indican que preferirían prescindir de la cicatriz alrededor de la areola o de la vertical esto no es posible, ya que la intervención de reducción de mamas implica también una elevación, por lo que la areola debe ser situada a una altura superior a la inicial, y para esto hay que eliminar piel sobrante alrededor de la misma, y suturar de nuevo.
Nuestra técnica va asociada a una liposucción de las mamas, que se realiza antes de comenzar las incisiones. Con esto se consigue reducir parte del volumen, la que corresponde a grasa y no a glándula, y también movilizar los tejidos para que se adapten mejor. Por otra parte, hay mamas con mucho componente graso en la parte lateral, lo que se ha denominado la «cola de la mama», y ahí la liposucción puede actuar muy bien estrechando la base de la mama y haciendo que tenga después un aspecto más redondeado.
La sutura se realiza en varios planos y es enteramente reabsorbible, por lo que no hay que quitar puntos después. La última capa de sutura es intradérmica, es decir, un hilo que corre paralelo a la piel cogiendo ambos lados y manteniéndolos juntos; también es reabsorbible, y va anudada sólo en los extremos y en profundidad. Eso significa que no quedan marcas de puntos, sólo las líneas de la incisión.
Se dejan drenajes, que en general suelen dar una pequeña cantidad de líquido en las horas posteriores a la intervención, por lo que es posible retirarlos al día siguiente, antes del alta hospitalaria.
El vendaje consiste en unas gasas que cubren las incisiones, sujetas con esparadrapo adhesivo. Por encima de ello se coloca un sujetador sin aros que recomendamos en la visita preoperatoria en nuestro centro, y que la paciente trae a la clínica.
Cuando se despierte de la anestesia, tras la intervención, notará ciertas molestias en la zona del pecho, con tirantez. Es normal, y le administrarán analgésicos para estar lo más cómoda posible. Saldrá de quirófano despierta, pero aún adormilada y con frío, y pasará un rato a la Sala de despertar, donde la abrigarán y la vigilarán hasta que esté en condiciones de pasar a su habitación de la planta, donde podrá estar con sus acompañantes. Por la noche, la Dra. Prada, la cirujana, acudirá a verla para asegurarse de que todo va correctamente.
Al día siguiente de la intervención, la doctora irá de nuevo a visitarla, para quitarle los drenajes y darle el alta a su domicilio. Llevará, debajo del sujetador sin aros, el vendaje adherido que se pone en quirófano, que hay que tener cuidado de no mojar cuando se duche, y en el informe de alta irá detallado el tratamiento que tiene que hacer, que consiste en un antibiótico, analgésicos y, por si lo precisa, un sedante suave para pasar bien las noches. Sobre todo esto hablamos de forma más detallada en nuestra sección «Cirugía > Pasos de una intervención quirúrgica > El postoperatorio» del menú desplegable superior.
La primera cura tiene lugar a los 3 días, en nuestro centro CMP de Sevilla. En ella, la Dra. Prada le quitará personalmente el vendaje, dejando solamente gasas sueltas sujetas con el sujetador. A partir de ese momento, en la ducha podrá mojarse la zona intervenida, dejando que corra el agua sobre ella y aplicando gel de forma suave. Después tendrá que secar muy bien, aplicar un antiséptico y cubrir con gasas limpias. Ésta es la cura que ha de hacerse a diario. Es normal que en alguna zona de la incisión rezume un poco de líquido o aparezcan costras: todo ello se irá resolviendo en pocos días.
Las suturas son intradérmicas y reabsorbibles, lo que quiere decir que no se ven puntos, ya que todos van por dentro de la piel, y por tanto no hay que quitarlos.
El sujetador sin aros es el que debe llevarse, día y noche, durante el primer mes. A partir de ese momento, puede empezar a utilizar cualquier modelo de sujetador, y a quitárselo por las noches si lo desea. Puede ser conveniente contar con más de un sujetador sin aros, e irlo cambiando.
Las molestias durante la recuperación tras esta intervención son, a pesar de lo que pueda parecer por la longitud de las incisiones, bastante llevaderas, y mejoran día a día, por lo que podrá ir espaciando las dosis de los analgésicos según su necesidad. Desde el primer día puede hacer una vida activa, entrando y saliendo, teniendo sólo la precaución de no hacer movimientos bruscos con los brazos, que pudieran tirar de la cicatriz. Es posible que tenga dificultad para coger pesos, pero esto irá mejorando también día a día.
La forma de las mamas no es la misma al principio que después de varias semanas: lo normal es que los pechos estén inicialmente, además de inflamados, muy altos y separados, con la parte inferior casi plana, pero con el paso de los días van bajando, juntándose y redondeándose, adquiriendo así poco a poco su aspecto definitivo.
Es posible que note cierto acorchamiento inicial en los pezones y areolas. En la gran mayoría de los casos esto es transitorio, y se recupera al cabo de algunas semanas o incluso meses. Solamente en algunos casos de mamas de gran volumen puede haber una disminución permanente de la sensibilidad.
Las cicatrices se vuelven rosadas al principio del postoperatorio, ya que la cicatrización de los tejidos conlleva un cierto grado de inflamación, y además pueden estar más duras que la piel vecina. Poco a poco van madurando, hasta que finalmente se quedan blancas, igual que el resto del pecho, y se notan mucho menos, aunque siempre habrá una línea diferenciada. El proceso de maduración tarda más o menos según la persona, pero suele llevar unos meses. Es muy importante aplicar protector solar de SPF máximo sobre las cicatrices si se va a tomar el sol cuando éstas están aún rosadas, incluso si van a estar cubiertas por la tela del bañador o bikini: de otro modo, pueden adquirir un tono marrón muy difícil de eliminar.
Como orientación de cara al tiempo de baja laboral, el tipo de actividad que puede ir realizando es, más o menos, el siguiente:
- A la semana se pueden hacer actividades que no requieran levantar los brazos ni coger pesos, sino moverlos de codo para abajo, como manejar un ordenador, por ejemplo.
- A las dos semanas se puede conducir. Algunas personas pueden hacerlo antes, pero hay que tener en cuenta que hay que mover el volante, cambiar de marcha, etc.
- A las tres semanas se puede hacer casi cualquier actividad de la vida diaria sin molestias y sin miedo a que se estire la cicatriz, aunque será pronto aún para la actividad física intensa. Puede empezar a ir al gimnasio si lo desea, pero haciendo marcha lenta, bicicleta suave…
- Sobre los dos meses podrá hacer sus actividades normales, incluido el deporte.
La operación de reducción de pecho tiene un resultado apreciable de inmediato: se notará mucho más ligera desde el primer día, y sentirá cómo su espalda se ha liberado del peso continuo que suponían sus mamas voluminosas. Dejará de notar dolor en los hombros por los tirantes del sujetador. Respirará mejor. En general, su día a día será mucho más cómodo y agradable.
Si el tamaño de sus mamas le supone problemas para encontrar ropa que le quede bien, o limita su estilo de vestir por el esfuerzo de disimularlo, tendrá el placer de ver cómo se amplía enormemente el abanico de prendas a la hora de elegir su vestuario.
Por otra parte, la forma y el aspecto de las mamas irá cambiando a lo largo del tiempo, de forma que es muy diferente recién hecha la intervención que al cabo de un mes, y más al cabo de seis meses o un año. Al principio, los pechos estarán más altos y separados, con la parte inferior bastante plana, pero día a día irán bajando, juntándose y redondeándose, dando lugar a su aspecto definitivo.
Las cicatrices, aunque son permanentes, tras una fase de varias semanas o meses de apreciarse más por estar enrojecidas, irán madurando y blanqueándose, de forma que se notarán cada vez menos.
El pecho operado seguirá estando sujeto a las mismas variaciones que antes de la cirugía, es decir: se notará más hinchado y molesto antes de la menstruación, crecerá si ocurre un embarazo o si se gana peso, etc.
En general, los resultados de esta intervención son enormemente gratificantes y satisfactorios para la paciente, cuya calidad de vida mejora enormemente tras ella.
Aumento de pecho, antes y después:
- Caso nº 1:
La cirugía de reducción de pecho, técnicamente llamada mamoplastia de reducción, es una intervención importante que ha de ser realizada en una clínica que cuente con todos los medios necesarios.
En Centro Médico Prada, CMP, de Sevilla, utilizamos indistintamente las instalaciones de dos clínicas privadas grandes y modernas, el Hospital Infanta Luisa, en Triana, o el Hospital Viamed Santa Ángela de la Cruz, en Bellavista. Cada paciente nuestra elige cuál de las dos prefiere para su intervención.
La duración de la cirugía suele ser de unas tres horas. Ha de realizarse bajo anestesia general, por lo que requiere una estancia posterior en la Sala de despertar y un ingreso hospitalario en planta que normalmente es de 24 horas. Se dejan unos drenajes, que se pueden quitar normalmente antes del alta a domicilio.
Para más detalles sobre cómo es el proceso que tiene lugar desde su entrada en la clínica hasta el alta, puede visitar nuestra página «Cirugía > Pasos de una intervención quirúrgica > La cirugía y la anestesia» desde el menú desplegable superior, donde se describe con detalle el proceso desde que entre en la clínica hasta que se marche a su domicilio.
Tras la cirugía de reducción de mamas, y después de que su cirujana le haya retirado los vendajes entre los 2 y 4 días tras la intervención, deberá curar las cicatrices con Betadine® y gasas limpias. Estas curas deberán prolongarse durante una semana.
Por lo demás, no suelen hacer falta más curas. La cirujana le hará revisiones durante los meses siguientes a la intervención para comprobar que todo evoluciona favorablemente.
Deberá evitar hacer deporte que implique movimientos brucos hasta pasado al menos dos meses tras la reducción de mamas. Cuando empiece, deberá usar un sujetador que las sujete firmemente durante un tiempo variable en función de la evolución del postoperatorio.
El empleo de la liposucción en las reducciones de mama es una técnica complementaria pero nunca sustitutiva de la eliminación de parte de la glándula mamaria mediante extirpación quirúrgica.
Esta extirpación puede abordarse en la mayoría de las ocasiones por la vía de una incisión periareolar y otra vertical desde el borde de la areola hasta el surco mamario, aunque en algunas ocasiones es necesario hacer, además, una incisión horizontal en el surco quedando una cicatriz con forma de T invertida.
La liposucción, cuando procede, refuerza la eliminación de grasa, generalmente en la cola de la mama (técnica de Lejour). Pero pretender conseguir una reducción del volumen de la mama sólo mediante liposucción puede dar como resultado un pecho muy caído y vacío.
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