Las infiltraciones de bótox en los puntos adecuados conseguirán reducir esas arrugas faciales que provocan un aspecto envejecido.
Desde que empiezan a notarse los efectos y mientras dura su acción, el resultado es un rostro mucho más juvenil. Podrá fruncir el ceño, sonreir, demostrar asombro y mostrar su expresiones faciales habituales sin tener esas arrugas permanentes.
Resultados de diversos estudios muestran que más del 86% de las personas que recibieron infiltraciones de bótox para reducir las arrugas faciales, presentaron mejoría del 50% o más en la gravedad de las mismas, siendo una de las opciones cada vez más solicitadas para el rejuvenecimiento facial sin cirugía.
Dra. Prada
Pingback:La cirugía estética se dispara durante la pandemia del Covid-19 - Centro Médico Prada