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Aumento de Pecho

Aumento de Pecho

AUMENTO DE PECHO en sevilla

Si piensas que tu pecho es pequeño o te gustaría tenerlo mayor, es algo que les ocurre a muchas mujeres, no te preocupes.

La mayoría de las veces no es para gustar a los demás, es porque el pecho influye mucho en la forma de sentirnos mujeres, forma una parte importante de nuestra autoimagen corporal y de nuestra autoestima.

Hay también problemas prácticos derivados de tener un pecho pequeño. A veces hay que lidiar a diario con sujetadores con relleno, y sobre todo, con los bikinis en verano. Y por último, las dificultades para encontrar ropa que te siente bien por delante, quizás haya prendas que te encantaría llevar pero no te atreves porque sabes que no te van a quedar bien.

Aumento de pecho en Sevilla

Hoy en día la cirugía estética ofrece técnicas que permiten mejorar no sólo el tamaño, sino la forma y la silueta de los pechos, haciendo que te sientas mucho mejor cuando te miras al espejo.

La más conocida y demandada en Prada es la colocación de prótesis o implantes mamarios, conocida como mamoplastia de aumento mediante implantes (ya que existen otros métodos, como el “lipofilling”).

Es una intervención sencilla y corta, en la que si se eligen bien las prótesis adecuadas y la realiza un profesional cualificado y con experiencia, proporciona un pecho firme y bonito, haciendo que luzcas escote y te sientas bien. Por fin podrás tirar todos esos sujetadores y bikinis con relleno.

Es importante que busques alguien de confianza para tu intervención, que sepa escucharte y valorar tu caso correctamente.

Si además de querer más pecho también necesitas subirlo, porque está caído, poremos hacerlo todo en la misma intervención, colocando las prótesis y además reafirmándolo (mastopexia). 

Puedes obtener información sobre el aumento de pecho en nuestra clínica de Sevilla. La consulta informativa es gratis y sin compromiso. 

A continuación, podrás ver un video que me muestra, de forma abreviada, realizando una operación de aumento de mamas con prótesis o implantes completa, con todos sus pasos.

Te advertimos de que en los vídeos aparecen imágenes de operaciones reales en el quirófano, no animaciones ni simulaciones. Conviene que lo tengas en cuenta si crees que pueden herir tu sensibilidad.

En mi sección de Preguntas frecuentes sobre la cirugía de aumento de pecho, puedes encontrar respuestas a las dudas que con más frecuencia me plantean las pacientes en consulta.

Puede interesarte también visitar la sección de Noticias sobre cirugía de aumento de pecho.

resultados del aumento de pecho

Hay que saber que cada paciente tiene sus propias características y proporciones anatómicas, tanto del cuerpo como de las mamas, lo que quiere decir que no hay dos resultados iguales. En ocasiones existe una pequeña diferencia de forma y/o volumen entre ambos pechos antes de la cirugía, y esto también repercute en el resultado final, aunque el objetivo es igualarlos lo máximo posible.

En ocasiones, en pacientes muy delgadas, pueden palparse o incluso verse pliegues en los implantes. Esto es mucho menos frecuente en los casos de aumento en que las prótesis van colocadas en el plano completamente submuscular, que es la técnica que nos gusta emplear en nuestro centro CMP de Sevilla.

Los últimos avances en la fabricación de productos médicos como los implantes mamarios dan como resultado prótesis cada vez más perfeccionadas, de mejor calidad y con mayor previsión de duración.

Aumento de pecho, antes y después:

RESOLVEMOS TUS DUDAS

Quizá tenga alguno de estos problemas. Veamos:

¿Se ve el pecho pequeño? ¿Le gustaría tenerlo mayor, más relleno, más proporcionado a su cuerpo?

Cuando va a comprarse ropa, ¿no encuentra prendas de su talla que le queden bien porque la zona del pecho se queda vacía y sin llenar?. O bien, ¿tiene que utilizar siempre sujetadores de relleno para encontrarse a gusto?

Cuando va a la playa en verano, ¿se nota la copa del bikini vacía? ¿Es un bikini de ésos de relleno, que no se secan nunca?

¿Se encuentra incómoda en situaciones íntimas, por estar demasiado pendiente del aspecto de sus senos?

¿Le gustaría tener un escote más relleno y bonito, con el pecho más junto?

O bien:

¿Ha estado embarazada, una o varias veces, y el pecho, aunque ha crecido durante el embarazo, después se ha «encogido», puede que hasta llegar a ser más pequeño que antes?

¿Se le ha quedado caído incluso, o más bien vacío por la parte de arriba?

¿Ha perdido mucho peso, y el pecho se le ha vaciado?

O tal vez:

Cuando desarrolló en la pubertad, ¿le creció una mama mucho más que la otra, de manera que se le nota hasta con la ropa?

¿Es incluso diferente la forma de una mama que la de la otra?

O ¿le salieron las mamas con forma un poco extraña, puntiagudas o cónicas, con poco volumen, el surco de debajo muy alto, incluso con areolas desproporcionadamente grandes y abultadas? A esto se le llama mamas tuberosas.

E incluso, ¿tiene atrofiado el desarrollo de la mama de un lado, y hasta del músculo pectoral que hay debajo? En este caso, seguramente ya le habrán diagnosticado un síndrome de Poland.

Por otra parte, puede que haya sido intervenida por un tumor en la mama, y haya habido que extirparle toda o parte de la misma, y desee ver reconstruida la mama afectada.

O es posible que el suyo sea un caso muy diferente:  ¿nació con cuerpo de hombre, pero sintiéndose mujer, y aspira a transformar su cuerpo lo máximo posible para que esté en armonía con su sentimiento de identidad?

Si se ve reflejada en alguna, o varias, de estas situaciones, una intervención de aumento de pecho puede ser la solución de su caso, sola, o en ocasiones combinada algún otro procedimiento que pueda estar indicado.

En las siguientes páginas vamos a hablar de ello en detalle.

Las prótesis o implantes de mama son productos médicos fabricados exclusivamente para este fin, que son similares a bolsas rellenas, por lo que tienen una cubierta externa y un contenido de composición variable, ya que existen diversos tipos de prótesis. Las más utilizadas, con diferencia, hoy día son las de silicona con contenido de gel de silicona.

La cubierta suele en casi todos los casos estar fabricada de silicona en múltiples capas, lo que le otorga elasticidad y gran resistencia a la compresión. Por eso los implantes se pueden «estrujar» para introducirlos por incisiones pequeñas sin que se rompan. Y significa también que, una vez puestas, la portadora puede apoyarse sobre sus prótesis, dormir boca abajo y realizar cualquier actividad física razonable sin miedo a que sus implantes se dañen.

Sin embargo, la cubierta sí se puede pinchar, cosa que puede suceder en caso de una herida penetrante, como durante un accidente o agresión, o por algún procedimiento médico de punción si no está correctamente realizado. Teóricamente, también podría pincharse durante la intervención, en la fase de sutura, pero esto es un riesgo muy remoto dada la habilidad que los cirujanos emplean, y además es difícil que pueda pasar desapercibido si ocurre.

Veamos las distintas clases de implantes de mama:

  • Tipos de prótesis mamarias según el contenido:
    • De gel de silicona. El más habitual. El relleno consiste en una gelatina fabricada a base de silicona, que se introduce en el implante durante el proceso de fabricación, quedando el punto de introducción cerrado después mediante un parche de cubierta termosellado o adherido químicamente, dependiendo del fabricante. Hoy en día, todas las buenas empresas fabricantes crean su gel cohesivo, es decir, con una viscosidad tal que, en caso de rotura de la cubierta, el relleno permanece en el interior de las prótesis sin salirse, lo cual es un factor de seguridad muy importante.  Hay distintos grados de cohesividad, que se traducen en una mayor o menor dureza del implante, dentro de que el objetivo siempre es que, una vez colocado, no pueda distinguirse al tacto la mama con prótesis de una sin ella.
    • De suero fisiológico (es decir, agua estéril con sal). Consisten en una cubierta vacía de silicona que, en quirófano, una vez colocada en su sitio, se rellena de líquido mediante una válvula hasta alcanzar su tamaño. Tras esto, el tubo introductor del suero se retira, y un mecanismo hace que la válvula quede sellada. Son hoy en día menos utilizadas, ya que en algunos casos, si el sellado falla, pueden perder líquido a través de la válvula y vaciarse espontáneamente.  Nosotros no las empleamos.
    • Existen otros tipos de relleno que se emplearon en épocas pasadas, y que dejaron de fabricarse por ocasionar trastornos incluso para la salud, como el aceite de soja, el hidrogel, etc.
  • Tipos de prótesis mamarias en cuanto a la textura, o superficie de la cubierta:
    • De superficie lisa. Fueron las primeras que se fabricaron, pero hoy en día están casi en desuso porque tienen una incidencia relativamente alta de contractura capsular.
    • De superficie rugosa o texturizada. Son las que emplean en la actualidad la mayoría de los cirujanos, debido a que la contractura capsular se ha vuelto mucho menos frecuente gracias a ellas. Existen distintos grados de texturizado según la marca del fabricante. En nuestra experiencia, las de texturizado fino (marca Mentor®, por ejemplo) son las más recomendables.
    • De poliuretano. En realidad, la cubierta es de silicona, sólo que va envuelta por una capa de este material. Se usan poco. Se fabrican, en teoría, para prevenir la contractura capsular, ya que este material parece impedir la formación de la cápsula protésica, tema que tratamos en el apartado «Preguntas frecuentes > Aumento de pecho».
  • Tipos de prótesis mamarias según la forma:
    • Prótesis redondas. Tienen una base plana, que va dispuesta en la parte profunda, frente a la pared del tórax, y una cúpula simétrica en todos sus ejes.
    • Prótesis en forma de gota o anatómicas, con una base igualmente plana y una cúpula asimétrica según el eje. Suelen reservarse para casos de aumento de pecho con ausencia casi total de glándula, ya que rellenan más la parte inferior de la mama que la superior.

Las prótesis vienen en varios tamaños y proyecciones, y en nuestro centro de Sevilla es la Dra. Prada, la cirujana, quien valorará durante la visita preoperatoria su caso particular y decidirá con usted el modelo de implante más adecuado a sus necesidades y al resultado deseado.

En cuanto a la duración, hoy en día no hay necesidad de cambiar las prótesis de silicona, siempre que no presenten alteraciones, si bien se recomienda, sobre todo a partir de los cinco años tras la intervención, realizar un seguimiento de los implantes mediante mamografía ecografía mamaria cada dos años aproximadamente.  En el caso de que en alguna de estas pruebas surgiera la sospecha de una posible alteración en las prótesis, la técnica diagnóstica más sensible y específica para valorar el estado de los implantes es la resonancia nuclear magnética (RNM).

Como en toda intervención de cirugía estética, su operación de aumento de pecho requiere una cuidadosa planificación paso a paso. En la primera visita a nuestro centro la atenderá la Dra. Prada, cirujana plástica a cargo de la intervención.

Le explicará qué opciones existen para conseguir el resultado que desea. Le preguntará sobre su salud en general y sobre antecedentes importantes que puedan influir en la cirugía como enfermedades padecidas, alergias o tratamientos que esté realizando. Realizará una exploración física en la que valorará, además de la forma y del volumen, la simetría de sus mamas, la calidad de la piel, si existe o no caída, las características de la areola y del pezón, además de su altura, peso y anchura de tórax.

La doctora le explicará los distintos pasos del proceso más idóneos para usted. Podrá plantearle todas sus dudas, para que ella se las aclare. Le dará un documento de información específico de esta operación, para que lo lleve a casa y lo lea con tranquilidad, en el que va incluido el consentimiento informado, así como las instrucciones para los períodos pre y postoperatorio.

El aumento de pecho sólo está cubierto por la sanidad pública y por los seguros sanitarios privados en caso de reconstrucción de la mama tras una mastectomía (extirpación por tumor) o en casos como malformaciones congénitas (como el síndrome de Poland, etc.).

Cuando se decida se realizará la historia clínica en una visita preoperatoria, en la que se anotarán todos los datos pertinentes. Se fijará la fecha, hora y lugar de la intervención, recomendando la realización de un estudio preanestésico. La doctora le dirá el modelo y talla del sujetador que tendrá que comprar y llevar a la clínica el día de la intervención. También en qué condiciones debe acudir el día de la intervención.

Para la operación de aumento de pecho utilizamos las instalaciones de dos grandes clínicas privadas de Sevilla, el Hospital Infanta Luisa, en Triana, o el Hospital Viamed Santa Ángela de la Cruz, en Bellavista.  Dos centros amplios, modernos y avanzados que cuentan con los medios necesarios para realizar intervenciones quirúrgicas de todo tipo con total seguridad. La elección de una u otra es de la paciente.

Este tipo de intervención debe realizarse en quirófano, con todas las garantías, y por un médico especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora.

En prácticamente todos los casos llevamos a cabo la cirugía de mamas con anestesia general, específicamente mediante mascarilla laríngea.  Aunque es posible la colocación de implantes mamarios con anestesia local y sedación, y de hecho lo hacen así muchos cirujanos, creemos que la anestesia general ofrece más garantías de comodidad, tanto para la paciente como para el trabajo del equipo quirúrgico y, aunque muchos no lo crean, también de seguridad.

Para este tipo de intervención, en la que no dejamos drenajes, es suficiente un ingreso de media estancia en la clínica. Si lo desea y se encuentra bien puede irse a casa al final del día sin tener que pasar la noche en la clínica.

La operación de cirugía estética para el aumento del pecho mediante la colocación de prótesis o implantes mamarios es una de las intervenciones más solicitadas en nuestro campo porque consigue espectaculares resultados con una cicatriz mínima, de 3 o 4 centímetros, y casi imperceptible, siempre que no haya que realizar procedimientos adicionales y que la cicatrización de la paciente sea favorable.

Se trata de una intervención con muchas variantes en cuanto a técnica. Si desea información en detalle sobre ellas, puede encontrarla en nuestra sección «Preguntas frecuentes > Aumento de pecho», simplemente siguiendo los enlaces correspondientes. Veamos un resumen:

  • En cuanto a la colocación de la incisión en la piel (y posterior cicatriz):
  • Incisión periareolar inferior. La cicatriz queda situada en el borde inferior de la areola del pezón. Es nuestra preferida.
  • Incisión inframamaria. Se hace en el surco bajo el pecho.
  • Incisión en la axila. Nosotros no la empleamos.
  • En cuanto a la creación del «bolsillo» o espacio donde irá alojada la prótesis:

  • Colocación subglandular. La prótesis queda situada entre la glándula mamaria y el músculo pectoral que hay debajo.
  • Colocación submuscular o subpectoral. El implante queda por debajo tanto de la glándula como del músculo pectoral. Existen dos variantes:
  • Plano completamente submuscular. La prótesis queda casi totalmente cubierta de músculo, salvo en un pequeño ojal central (ver dibujo). Es la que nosotros empleamos.
  • Plano parcialmente submuscular o dual. 
  • Plano subfascial. La prótesis queda cubierta por la glándula y por la fascia del músculo pectoral.
  • En cuanto a los tipos de implantes, los tratamos ampliamente en la página «Cirugía > Aumento de pecho > ¿Qué tipos de prótesis hay?».

Según la técnica que empleamos en CMP de Sevilla, una vez inducida la anestesia se realiza la incisión en la piel y se avanza a través del tejido glandular hasta llegar a la fascia del músculo pectoral, a través de la cual se aprecian las fibras musculares oblicuas. Se separan éstas creando un pequeño ojal, y se despega el músculo pectoral de las estructuras que hay debajo, creando un espacio o «bolsillo» para la colocación del implante.

Este bolsillo llega desde el interior hasta un nivel inferior al surco existente debajo de las mamas, ya que es muy importante que la prótesis quede centrada: si no, se vería demasiado alta. Por lo tanto, después de la operación los surcos submamarios no estarán en el sitio en que estaban antes, sino más bajos, correspondiendo al nuevo volumen de los pechos, y así es como tiene que ser.

Una vez revisado el espacio y colocada la prótesis en su lugar, se realiza una sutura de la incisión que consiste en varias capas de puntos de hilo reabsorbible, es decir, que el organismo disuelve con el tiempo. La última de ellas es una sutura intradérmica, también reabsorbible, que mantiene juntos los bordes de la piel sin puntos externos, de modo que no habrá marcas de éstos ni será necesario quitar sutura alguna.

En esta intervención no dejamos drenajes, porque consideramos que su uso podría provocar contaminación bacteriana de los implantes, que deseamos evitar a toda costa. Colocamos apósitos de gasa y esparadrapo quirúrgico, y finalmente el sujetador indicado en consulta.

La duración media de la intervención, incluyendo la inducción y la salida de la anestesia, suele ser menor de 2 horas.

Cuando se despierte de la operación, notará algo de tirantez en el pecho, ya que los tejidos (piel y músculo) no están «acostumbrados» a ese volumen, y necesitan un tiempo para ir dándose de sí y adaptarse a su nueva posición. Y le resultará molesto mover los brazos, sobre todo si se trata de apoyarse sobre ellos o hacer fuerza.

Se encontrará adomilada y con frío al salir de quirófano, pero después de un rato en la Sala de Despertar estará más recuperada y en condiciones de pasar a la planta.

Después de unas horas, seguirá teniendo molestias en las mamas, pero se encontrará más despierta y en condiciones de caminar. Algunas personas pueden sentir náuseas (lo que conocemos en Andalucía como «fatiga») en el postoperatorio inmediato por efecto de los fármacos anestésicos, pero se administra una medicación para combatir esta sensación, así como analgésicos y un antibiótico.

Si desea saber más sobre estos aspectos del postoperatorio en general puede visitar nuestra página «Cirugía > Pasos de una intervención quirúrgica > El postoperatorio» del menú desplegable superior.

Las molestias de los primeros días de recuperación tras el aumento de pecho varían mucho de una paciente a otra, dependiendo del tipo de tejidos y del umbral al dolor de cada una, pero en general todas coinciden en que los tres o cuatro primeros días son los más molestos. En ellos podrá entrar, salir, mover las manos de codo para abajo con normalidad, pero tendrá dificultades para coger pesos o levantar los brazos por encima de los hombros, cosa que notará que va mejorando de un día para otro. Los analgésicos y el relajante muscular que, junto con un antibiótico, forman parte del tratamiento en domicilio, le ayudarán a sentirse lo mejor posible en este período. También ayuda dormir con la cama un poco elevada o con varias almohadas.

Todas las pacientes coinciden en que notan mucho alivio tras la primera cura en consulta, cuando se retiran los vendajes. En CMP de Sevilla esta visita tiene lugar a los tres días de la intervención. La Dra. Prada la atenderá personalmente y le retirará los esparadrapos y gasas, y a partir de este momento sólo se coloca una gasa protectora suelta sobre la incisión, mantenida en su sitio con el sujetador sin aros. A partir de ahora podrá ducharse y mojarse el pecho, secándolo después muy bien y aplicando un antiséptico y gasas limpias.

Se recomienda que lleve el sujetador inicial sin aros día y noche durante el primer mes tras la cirugía, quitándolo, eso sí, para la ducha. Hay pacientes que encuentran más práctico tener un par de sujetadores para írselos cambiando.

A partir del mes se podrá plantear comprarse sujetadores de aro y dormir sin ninguno. El motivo de no usar aros es que son rígidos, y los primeros días pueden dar molestias en el pecho, que está sensible tras la cirugía. Además, la forma de las mamas va cambiando con el paso de los días, ya que van redondeándose y juntándose, por lo que es posible que no elija bien el modelo y talla de sujetador de aros si lo compra demasiado pronto, de modo que después puede resultarle incómodo y no servirle.

En cuanto a las actividades que se pueden hacer a lo largo del postoperatorio, daremos una pauta promedio, de cara a estimar el tiempo necesario de baja laboral, aunque insistimos en que este ritmo de recuperación varía de unas pacientes a otras, de modo que cada una verá por sí misma lo que está en condiciones de hacer en cada momento:

  • A la semana, podrá hacer actividades con las manos que no requieran mucho esfuerzo de brazos, como manejar un ordenador, etc. No se recomienda ir a trabajar antes, aunque su trabajo no implique esfuerzos, porque es posible que esté molesta y le cueste trabajo concentrarse.
  • A las dos semanas, podrá coger el coche. No es una actividad de mucho esfuerzo de brazos, pero alguno sí se hace al mover el volante y cambiar de marcha.
  • A las tres semanas podrá hacer ya casi de todo, salvo ejercicio físico intenso.
  • Sobre los dos meses estará en condiciones de reanudar su actividad deportiva al completo, si es que la practica, con normalidad. Sí puede ir incorporando algunos ejercicios antes, para no perder la forma: caminar tranquilamente, bicicleta suave, etc.

Respecto a la apariencia de los pechos después de la intervención, observará, como comentábamos más arriba, que están altos y separados al principio, además de algo inflamados. No se preocupe, porque irá viendo los cambios día a día, y sobre el mes ya tendrán un aspecto casi normal, aunque después irán variando todavía algo poco a poco, de manera que no se podrá considerar que su aspecto es el definitivo hasta pasados los seis meses, y en algunos casos más.

Puede haber morados en la piel de las mamas, sobre todo en la parte baja de los costados, y a veces en la zona del esternón. Cambian de color y van desapareciendo en pocos días.

También es normal que haya dureza al tacto de los pechos, debido a la tirantez inicial de los tejidos. Va desapareciendo poco a poco. No hay que confundir esta dureza inicial con la de una contractura capsular, ya que en estos momentos aún no se ha formado la cápsula protésica. Los indicios de que pueda haber contractura capsular son unos pechos que siguen duros tras el paso de los meses, o que se endurecen de nuevo después de haberse puesto blandos. Para disminuir el riesgo de que aparezca este problema, se recomienda coger la costumbre, a partir de las tres semanas de postoperatorio, de mover en redondo los pechos unas cuantas veces todos los días, lo que se conoce como «los masajes» (es decir, no hay que ir a ningún establecimiento a dárselos, sino que se lo hace una en casa). Esto es en el caso de que las prótesis sean redondas, ya que los masajes se desaconsejan con las anatómicas, que se pueden girar y descolocar.

Es buena costumbre realizarse los masajes a diario de forma continuada. Además de prevenir la contractura capsular, ayudan a que desde el principio el pecho se ablande antes y adopte pronto su aspecto definitivo y natural.

Tampoco hay que confundir la dureza de las mamas en el postoperatorio reciente que aparece por contracción refleja del músculo pectoral, cosa que ocurre a veces tras algún movimiento brusco o excesivo. Se reconoce porque, aunque el pecho afectado molesta y se pone más duro, es sólo durante un rato, y luego se pone blando de nuevo.

La sutura es intradérmica reabsorbible, por lo que no es necesario quitar puntos. La cicatriz, al cabo de unas semanas, adquiere un tono rojizo por el proceso de cicatrización, que suele durar varios meses y luego ir desapareciendo. Las incisiones periareolares son bastante favorables de cara a la cicatrización, puesto que la piel de esa zona es fina. Esto se traduce en que la maduración es más rápida que en otros puntos, y la cicatriz suele quedar más discreta y disimulada.

No hay que olvidar la protección solar máxima en las cicatrices si se van a exponer al sol antes de que maduren por completo.  Se recomienda aplicar la crema protectora incluso bajo la tela del bañador o bikini.

Algunas pacientes notan zonas de la piel del pecho acorchadas, sin sensibilidad. Puede ser en la areola, pero lo más común es que ocurra en la parte baja y lateral del pecho. Se recupera con el tiempo, aunque el proceso es más lento que los otros cambios, y a veces tarda meses. Es común que la recuperación de la sensibilidad pase por una fase en que las fibrillas nerviosas empiezan a funcionar, pero aún no lo hacen bien, así que se empiezan a notar «hormiguillos» o pinchazos en la zona, o a veces una sensibilidad al roce excesiva. Es un período transitorio, previo a la recuperación de la sensibilidad normal, por lo que la aparición de estas sensaciones anómalas, denominadas parestesias, es, en realidad, una buena noticia.

La operación para aumentar el tamaño del pecho mediante prótesis o implantes es una de las más solicitadas y agradecidas en cirugía estética, ya que con una pequeña cicatriz casi imperceptible se consigue un cambio importante en el aspecto de los senos, e indirectamente de la silueta entera de la paciente.

Este cambio en el aspecto físico conlleva, en muchos casos, un cambio muy favorable en cómo se ve la mujer a sí misma, en su imagen corporal y en su autoestima.

Hay que saber que cada paciente tiene sus propias características y proporciones anatómicas, tanto del cuerpo como de las mamas, lo que quiere decir que no hay dos resultados iguales. En ocasiones existe una pequeña diferencia de forma y/o volumen entre ambos pechos antes de la cirugía, y esto también repercute en el resultado final, aunque el objetivo es igualarlos lo máximo posible.

En ocasiones, en pacientes muy delgadas, pueden palparse o incluso verse pliegues en los implantes. Esto es mucho menos frecuente en los casos de aumento en que las prótesis van colocadas en el plano completamente submuscular, que es la técnica que nos gusta emplear en nuestro centro CMP de Sevilla.

Los últimos avances en la fabricación de productos médicos como los implantes mamarios dan como resultado prótesis cada vez más perfeccionadas, de mejor calidad y con mayor previsión de duración. Ejemplos de ello son la cohesividad del gel interior, las cubiertas texturizadas ultrarresistentes y una gama de perfiles y tamaños cada vez mayor para adaptarse a las necesidades de cada paciente individual.

Por lo tanto, en la actualidad ya no se habla de «caducidad» de los implantes. Solamente se precisa una vigilancia periódica del estado de las prótesis a lo largo de los años, mediante mamografía ecografía mamaria. Si las imágenes son normales y no hay síntomas que hagan pensar en alteración alguna, las prótesis pueden permanecer en el cuerpo de forma indefinida.

 

  • Caso nº 1:

  • Caso nº 2:

Tras la cirugía de aumento de pecho, y después de que su cirujana le haya retirado los vendajes entre los 2 y 4 días tras la intervención, deberá curar las cicatrices con Betadine® y gasas limpias. Estas curas deberán prolongarse durante una semana.

A partir de la tercera semana, es conveniente masajear diariamente sus mamas unos minutos todos los días. La cirujana le explicará cómo hacerlo. No hace falta emplear mucho tiempo en ello, pero sí hacerlo diariamente. Con ello se consigue, además de disminuir el riesgo de contractura capsular, que la forma definitiva de los pechos se consiga antes, y que se mantengan blandos y naturales mucho tiempo.

Justo después de la cirugía de aumento de pecho, las mamas están duras al tacto, altas y separadas. Esto es porque los tejidos, como la piel, la glándula y el músculo, aún no han tenido tiempo a adaptarse al nuevo volumen de la prótesis situada debajo de ellos, y están tirantes. El grado de tirantez depende del volumen previo que tuviera el pecho y de la calidad de los tejidos de cada persona, de forma que es normal que la dureza y la tensión sean mayores en jovencitas con piel dura y un pecho casi plano antes de la cirugía, por ejemplo, que en mujeres más mayores que han tenido hijos y en los que la piel del pecho ya se ha dilatado previamente por el embarazo y/o la lactancia.

En los primeros días la tirantez puede incluso aumentar algo, debido a la inflamación que se produce siempre en los tejidos después de una intervención quirúrgica, y después, poco a poco, empieza a disminuir, de forma que las mamas van descendiendo, se van juntando, se van ablandando y van adquiriendo un aspecto y un tacto más naturales.

Este proceso dura un tiempo que también es variable de una paciente a otra, pudiendo durar una media de 6 meses tras la operación.

Este tiempo depende, entre otras cosas, del volumen de glándula mamaria que la paciente ya tuviera antes de la intervención. Las mujeres con más glándula, una vez desaparecida la inflamación inmediata tras la operación, empezarán a notarse su propia glándula, que queda por encima del músculo. Así, aunque éste esté aún en tensión por la prótesis que está debajo, la glandula estará blanda al tacto.

Cuando la paciente no tenga apenas glándula, el músculo pectoral estará más cerca de la dermis y, hasta que no se distienda del todo, la mama seguirá dura al tacto.

En general, el pecho suele empezar a estar blando al tacto entre el mes y medio y los dos meses del postoperatorio, y seguirá ablandándose durante los meses siguientes.

Justo después de la cirugía de aumento de pecho, las mamas están duras al tacto, altas y separadas. Esto es porque los tejidos, como la piel, la glándula y el músculo, aún no han tenido tiempo a adaptarse al nuevo volumen de la prótesis situada debajo de ellos, y están tirantes. El grado de tirantez depende del volumen previo que tuviera el pecho y de la calidad de los tejidos de cada persona, de forma que es normal que la dureza y la tensión sean mayores en jovencitas con piel dura y un pecho casi plano antes de la cirugía, por ejemplo, que en mujeres más mayores que han tenido hijos y en los que la piel del pecho ya se ha dilatado previamente por el embarazo y/o la lactancia.

En los primeros días la tirantez puede incluso aumentar algo, debido a la inflamación que se produce siempre en los tejidos después de una intervención quirúrgica, y después, poco a poco, empieza a disminuir, de forma que las mamas van descendiendo, se van juntando, se van ablandando y van adquiriendo un aspecto y un tacto más naturales.

Este proceso dura un tiempo que también es variable de una paciente a otra, pudiendo durar una media de 6 meses tras la operación.

Este tiempo depende, entre otras cosas, del volumen de glándula mamaria que la paciente ya tuviera antes de la intervención. Las mujeres con más glándula, una vez desaparecida la inflamación inmediata tras la operación, empezarán a notarse su propia glándula, que queda por encima del músculo. Así, aunque éste esté aún en tensión por la prótesis que está debajo, la glandula estará blanda al tacto.

Cuando la paciente no tenga apenas glándula, el músculo pectoral estará más cerca de la dermis y, hasta que no se distienda del todo, la mama seguirá dura al tacto.

En general, el pecho suele empezar a estar blando al tacto entre el mes y medio y los dos meses del postoperatorio, y seguirá ablandándose durante los meses siguientes.

La cicatriz que queda después de una operación de aumento de pecho depende de la zona que se haya elegido para realizar la incisión:

Vía periareolar inferior. La cicatriz queda situada en el borde inferior de la areola del pezón, justo en la unión entre la piel coloreada y el resto, donde queda disimulada. Es nuestra preferida, porque la piel en esa zona es fina, con lo cual la cicatriz madura pronto y suele quedar muy discreta.
Vía inframamaria. La cicatriz queda bajo el surco submamario. Como en esta zona la piel es más gruesa, la cicatriz es más llamativa y tarda más tiempo en madurar. Vista la mama de frente, desnuda, no se aprecia la cicatriz. Sin embargo, sí se aprecia estando tumbada boca arriba.
Vía axilar. Es la favorita de algunos cirujanos, pero nosotros no la empleamos. Requiere trabajar con poca visibilidad o con técnica endoscópica, y deja una cicatriz en la axila que puede verse con prendas sin mangas. La única ventaja es que el observador puede no asociar la cicatriz a una cirugía de aumento de pecho.

La operación que conigue elevar el pecho se llama mastopexia. Ésta puede ser con y sin prótesis.

En la mastopexia con prótesis, se consigue un aumento de volumen del pecho, a la par que una elevación y reafirmación del mismo.

En la mastopexia sin prótesis, no hay un aumento de volumen adicional al que se consigue por elevar la mama caída.

Si el pecho está caído y, además, es voluminoso puede estar indicada una reducción de mamas.

Es probable que en los primeros días del postoperatorio tras un aumento de pecho sienta molestias y dolores. Incluso, hay veces que aparecen hematomas e inflamación que irán desapareciendo trascurridas unas semanas.

No hay tiempo fijo que permita decir cuando desaparecen los dolores, pues cada organismo reacciona de distinta manera, pero normalmente irán desapareciendo paulatinamente entre las dos semanas el primer mes del postoperatorio.

La medicación que se le prescribirá, que consiste en un antibiótico, para prevenir infecciones, y en calmantes, para combatir las molestias, le ayudarán a estar lo más confortable posible durante ese tiempo.

Por supuesto. Las prótesis no interfieren con la lactancia.

Lo que sí puede ocurrir es que el aspecto estético del pecho se deteriore algo después de una lactancia prolongada, lo mismo que ocurre en mujeres que no se han sometido a un aumento de pecho.

Una areola puntiaguda o cónica suele ser un rasgo típico de las mamas tuberosas. Dependiendo del tamaño de la mama y del grado de tuberosidad, ésta puede manifestarse más mediante la aparición de una areola de aspecto cónico.

Si la mama es de tamaño medio y de forma más o menos normal, puede tener solución mediante una reducción de la areola sin necesidad de una intervención mayor.

Sin embargo, generalmente las mamas que presentan areolas puntiagudas son de tamaño pequeño, por lo para su corrección es necesario, además, realizar un aumento de pecho empleando las técnicas especiales de aumento mamario en mamas tuberosas.

Muchas mujeres piensan que, como su areola es muy pequeña, no podrán optar a la vía periareolar para su aumento de mamas. Sin embargo, dado que la piel del pezón es muy elástica, salvo que el tamaño de prótesis deseada sea muy grande o que la elasticidad de la piel de la paciente sea excepcionalmente baja, no hay problemas para introducir las prótesis de mama a través del pezón. Esta vía es, en nuestra opinión, la más aconsejable para un aumento de pecho por las ventajas que conlleva.

Desde nuestro punto de vista, esta vía de colocación no presenta ninguna ventaja clínica, siendo mucho mejor la vía periareolar a través del pezon.

La única ventaja podría ser estética, dado que al estar la cicatriz alejada de la mama, un observador no familiarizado puede no asociarla a un aumento de pecho.

Deberá evitar hacer deporte y toda clase de movimiento que contraiga el músculo pectoral, como el aerobic y musculación con pesas, hasta pasadas unas tres semanas desde la intervención.

La cirugía de aumento de pecho hecha por vía submuscular produce estiramiento del músculo pectoral, que ha de adaptarse a su nueva posición, por lo que no deberá realizar deportes ni ejercicios físicos importantes hasta pasado mes y medio o dos meses desde la cirugía.

Además, durante los primeros meses de la práctica deportiva tras un aumento de mamas, deberá emplear un sujetador deportivo que sea fuerte y de buena calidad para que mantenga bien sujeto el pecho.

Desde nuestro punto de vista, dentro de la técnica del aumento de pecho, las prótesis de mama submusculares (debajo del músculo pectoral) tienen muchas más ventajas que las subglandulares o la subfasciales. Entre otras, podemos señalar:

Está demostrado que el riesgo de contractura capsular es menor.
En mujeres delgadas hay menos riesgo de palpar las prótesis o pliegues en las mismas.
Como el músculo pectoral mantiene las prótesis tensas contra las costillas, hay menos incidencia de formación de pliegues que puedan producir puntos de desgaste y eventual rotura.
Las prótesis submusculares no sólo no dificultan, sino que facilitan la exploración radiográfica (mamografía) al distender la glándula.
Existen dos variantes de esta técnica:

Prótesis parcialmente submusculares, también llamadas en plano dual: es la técnica clásica. El músculo pectoral es desinsertado por su borde inferior y lateral y cubre la parte superior de la prótesis, pero hay otra parte que no queda cubierta por músculo alguno, sino que en realidad está subglandular. Además, al contraerse el músculo puede presionar la prótesis y crear un efecto en reloj de arena. A pesar de todo, es una técnica defendida y utilizada por múltiples cirujanos.
Prótesis totalmente submusculares: permite que toda la prótesis quede cubierta por músculo. Aunque hace años fue la primera que se empleó, se abandonó en favor de la de plano dual porque las prótesis quedaban demasiado altas. Sin embargo, la variante que nosotros realizamos es una técnica más moderna que evita este problema mediante una correcta bajada del surco submamario al crear el «bolsillo» para la prótesis. Es muy ventajosa porque evita la citada deformidad en reloj de arena que a veces se produce con la técnica parcialmente submuscular. El músculo sufre mucho menos porque lo único se hace en él es abrir un pequeño ojal entre las fibras.
En esta técnica, además, el riesgo de caída del pecho con el tiempo es mucho menor, ya que el músculo sujeta la prótesis.
Por último, separa la prótesis de la glándula y proporciona un pecho más natural, evitando esas mamas excesivamente redondas, antiestéticas y con un movimiento muy restringido.
Por todo lo anterior, y si bien practicamos todos los tipos de colocación y vías de abordaje, recomendamos la técnica de colocación totalmente submusculares por la vía periareolar inferior.

Desde nuestro punto de vista, esta técnica no ofrece ninguna ventaja y no se diferencia mucho de la técnica subglandular.

Cuando la técnica submuscular de aumento de pecho estaba menos depurada, algunos cirujanos sostenían que la colocación subfascial de las prótesis conseguía el efecto de retención sobre las mismas que hace el músculo pectoral cuando se ponen submusculares, sin dañarlo.

Las prótesis subfasciales se colocan entre la fascia del músculo pectoral y éste. La fascia es la capa de tejido conjuntivo que envuelve al músculo, y es bastante resistente.

Pero con la nueva técnica de colocación totalmente submusculares, el músculo no se daña apenas y la sujección que hace de la prótesis es mucho mayor y más duradera que la que puede hacer la fascia.

Desde un punto de vista quirúrgico, a partir de los 15 días del postoperatorio la cicatrización está ya lo suficientemente madura como para que la sutura no se abra por efecto de la presión del cuerpo sobre el pecho al dormir boca abajo.

No obstante, no será hasta pasado al menos un mes en que podrá dormir boca abajo sin sentir molestias.

En cualquier caso, recuerde que tras el aumento de pecho o la mastopexia deberá dormir al menos un mes con un sujetador sin aros de la talla deseada.

La duración de la baja laboral derivada de una cirugía de aumento de pecho es algo que depende mucho de la propia paciente y del tipo trabajo que desempeñe.

Si su trabajo es de oficina, frente a un ordenador o sin requerimiento de levantar peso (aunque sea poco) podrá reincorporarse a los cuatro o cinco días, que es el tiempo que suelen tardar las molestias en empezar a remitir.

Otras pacientes necesitan hasta tres semanas de baja laboral.

Los vendajes se retiran a los 2, 3 o 4 días tras la intervención de aumento de pecho o de la mastopexia. A partir de esa primera cura, podrá ducharse entera. Antes no debe hacerlo, para no mojar el vendaje.

En un principio las prótesis mamarias son para toda la vida. Sólo deberían cambiarse en el caso de rotura, fuga o excesivo desgaste.

Hace muchos años, las primeras prótesis requerían un cambio a los 10 años, pero la tecnología ha evolucionado mucho en las últimas décadas y ya no es necesario.

No obstante, las mujeres con protesis de mama deben realizarse una ecografía, una mamografía o una resonancia magnética a los diez años de la intervención quirúrgica para comprobar si la prótesis continua en buen estado o se ha desgarrado.

Esta revisión es necesaria debido a que el 85% las pacientes que sufren un desgarro en el implante no lo perciben hasta que acuden a la consulta del cirujano varios años después.

Las actuales prótesis de gel de silicona contienen un material muy viscoso que mantiene el contenido dentro del implante aunque este se desgarre, impidiendo así que se derrame hacia la axila. En cualquier caso, el índice de roturas es muy bajo, inferior al 1% a los cinco años de la operación de aumento de pecho, y los actuales modelos pueden resistir una presión de hasta 600 kilos por centímetro cuadrado.

Muchas pacientes nos preguntan sobre cómo será el postoperatorio de su aumento de pecho: ¿cuánto tiempo pasará hasta que pueda reincorporarme al trabajo?, ¿cuándo podré volver a hacer deporte?, ¿cómo afecta el postoperatorio a las relaciones sexuales?, etc

Si quiere saber más sobre el asunto le invitamos a consultar las páginas siguientes y no dude en preguntarnos si, después de todo, sigue teniendo inquietudes.

En cualquier caso, consúltenos cualquier duda. Insistimos en el hecho de que es muy importante que, si decide operarse de aumento de pecho, haya comprendido bien los resultados que pueden obtenerse de esta cirugía.

Las prótesis o implantes de mama son productos médicos fabricados exclusivamente para este fin, que son similares a bolsas rellenas, por lo que tienen una cubierta externa y un contenido de composición variable, ya que existen diversos tipos de prótesis. Las más utilizadas, con diferencia, hoy día son las de silicona con contenido de gel de silicona.

La cubierta suele en casi todos los casos estar fabricada de silicona en múltiples capas, lo que le otorga elasticidad y gran resistencia a la compresión. Por eso los implantes se pueden “estrujar” para introducirlos por incisiones pequeñas sin que se rompan. Y significa también que, una vez puestas, la portadora puede apoyarse sobre sus prótesis, dormir boca abajo y realizar cualquier actividad física razonable sin miedo a que sus implantes se dañen.

Sin embargo, la cubierta sí se puede pinchar, cosa que puede suceder en caso de una herida penetrante, como durante un accidente o agresión, o por algún procedimiento médico de punción si no está correctamente realizado. Teóricamente, también podría pincharse durante la intervención, en la fase de sutura, pero esto es un riesgo muy remoto dada la habilidad que los cirujanos emplean, y además es difícil que pueda pasar desapercibido si ocurre.

Veamos las distintas clases de implantes de mama:

Tipos de prótesis mamarias según el contenido:
De gel de silicona. El más habitual. El relleno consiste en una gelatina fabricada a base de silicona, que se introduce en el implante durante el proceso de fabricación, quedando el punto de introducción cerrado después mediante un parche de cubierta termosellado o adherido químicamente, dependiendo del fabricante. Hoy en día, todas las buenas empresas fabricantes crean su gel cohesivo, es decir, con una viscosidad tal que, en caso de rotura de la cubierta, el relleno permanece en el interior de las prótesis sin salirse, lo cual es un factor de seguridad muy importante. Hay distintos grados de cohesividad, que se traducen en una mayor o menor dureza del implante, dentro de que el objetivo siempre es que, una vez colocado, no pueda distinguirse al tacto la mama con prótesis de una sin ella.
De suero fisiológico (es decir, agua estéril con sal). Consisten en una cubierta vacía de silicona que, en quirófano, una vez colocada en su sitio, se rellena de líquido mediante una válvula hasta alcanzar su tamaño. Tras esto, el tubo introductor del suero se retira, y un mecanismo hace que la válvula quede sellada. Son hoy en día menos utilizadas, ya que en algunos casos, si el sellado falla, pueden perder líquido a través de la válvula y vaciarse espontáneamente. Nosotros no las empleamos.
Existen otros tipos de relleno que se emplearon en épocas pasadas, y que dejaron de fabricarse por ocasionar trastornos incluso para la salud, como el aceite de soja, el hidrogel, etc.
Tipos de prótesis mamarias en cuanto a la textura, o superficie de la cubierta:
De superficie lisa. Fueron las primeras que se fabricaron, pero hoy en día están casi en desuso porque tienen una incidencia relativamente alta de contractura capsular.
De superficie rugosa o texturizada. Son las que emplean en la actualidad la mayoría de los cirujanos, debido a que la contractura capsular se ha vuelto mucho menos frecuente gracias a ellas. Existen distintos grados de texturizado según la marca del fabricante. En nuestra experiencia, las de texturizado fino (marca Mentor®, por ejemplo) son las más recomendables.
De poliuretano. En realidad, la cubierta es de silicona, sólo que va envuelta por una capa de este material. Se usan poco. Se fabrican, en teoría, para prevenir la contractura capsular, ya que este material parece impedir la formación de la cápsula protésica, tema que tratamos en el apartado “Preguntas frecuentes > Aumento de pecho”.
Tipos de prótesis mamarias según la forma:
Prótesis redondas. Tienen una base plana, que va dispuesta en la parte profunda, frente a la pared del tórax, y una cúpula simétrica en todos sus ejes.
Prótesis en forma de gota o anatómicas, con una base igualmente plana y una cúpula asimétrica según el eje. Suelen reservarse para casos de aumento de pecho con ausencia casi total de glándula, ya que rellenan más la parte inferior de la mama que la superior.
Las prótesis vienen en varios tamaños y proyecciones, y en nuestro centro de Sevilla es la Dra. Prada, la cirujana, quien valorará durante la visita preoperatoria su caso particular y decidirá con usted el modelo de implante más adecuado a sus necesidades y al resultado deseado.

En cuanto a la duración, hoy en día no hay necesidad de cambiar las prótesis de silicona, siempre que no presenten alteraciones, si bien se recomienda, sobre todo a partir de los cinco años tras la intervención, realizar un seguimiento de los implantes mediante mamografía o ecografía mamaria cada dos años aproximadamente. En el caso de que en alguna de estas pruebas surgiera la sospecha de una posible alteración en las prótesis, la técnica diagnóstica más sensible y específica para valorar el estado de los implantes es la resonancia nuclear magnética (RNM).

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