fbpx

Abdominoplastia

Abdominoplastia

Operación de Abdominoplastia EN SEVILLA

Si te sobra piel y no sólo grasa en el vientre, la abdominoplastia dermolipectomía abdominal es la intervención de cirugía estética que soluciona tu problema, consiguiendo un abdomen liso y más plano.

Además, con esta operación podemos reparar la separación de músculos abdominales (diástasis), producida por el embarazo y que deja un vientre abombado. De esta forma, puedes conseguir un abdomen más plano que eliminando solamente la grasa.

Para eliminar este exceso de grasa y piel es necesario crear una cicatriz muy baja en el abdomen, justo por encima de vello del pubis y que a los lados se va curvando un poco hacia arriba para adaptarse a la forma del bikini o de la braguita, con la idea de quedar oculta.

La abdominoplastia consiste en eliminar toda la piel que hay de ombligo para abajo (con su grasa).  La piel que hay de ombligo para arriba se levanta de su sitio y se estira hacia abajo, hasta llegar al pubis:  es la nueva piel de todo el vientre.

Eso quiere decir que las estrías, cicatrices que tengas por debajo del ombligo (como de cesárea), etc., se pueden eliminar, siendo sustituidas por la cicatriz horizontal muy baja de esta operación.

Abdominoplastia

El ombligo es el mismo que tienes, sólo que se le hace salir por un orificio distinto en la piel que ha bajado, también en él queda una pequeña cicatriz alrededor, bien disimulada y que se nota muy poco.

En la mayor parte de los casos se puede combinar en una sola intervención la abdominoplastia con una liposucción de abdomen y de flancos para definir aún más la cintura y aplanar el abdomen.

Se trata de una intervención específica, denominada lipoabdominoplastia, que combina la abdominoplastia con un despegamiento más reducido y en un plano más superficial. Las ventajas son mayor seguridad y menos molestias en el postoperatorio.

Para obtener información sobre la abdominoplastia solicita una consulta gratis y sin compromiso. 

En la sección de Preguntas frecuentes sobre la abdominoplastia, puedes encontrar respuestas a las dudas que con más frecuencia me plantean las/os pacientes en consulta.

A continuación, podrás ver un video que me muestra, de forma abreviada, realizando una abdominoplastia completa, con todos sus pasos.

Tengo que advertirte de que en mis vídeos aparecen imágenes de operaciones reales en el quirófano, no animaciones ni simulaciones. Conviene que lo tengas en cuenta si crees que pueden herir tu sensibilidad.

ABDOMINOPLASTIA EN SEVILLA: RESOLVEMOS TUS DUDAS

Es posible que se halle usted en una de estas posibles situaciones:

¿Ha tenido uno o varios embarazos, y durante ellos la piel de su abdomen se ha dado de sí de tal manera que después del parto se ha quedado floja o arrugada, incluso ocultando el ombligo y formando un pliegue colgante por encima del vello del pubis? ¿Le han salido estrías, sobre todo por debajo del ombligo? ¿Tiene el abdomen abombado, incluso sin tener sobrepeso, y esto no mejora con dieta ni ejercicio?

¿Ha tenido sobrepeso y después ha adelgazado, y la piel de la barriga se le ha quedado floja y colgona, quizá con estrías?

O bien:

¿Tiene una cicatriz en la parte baja del abdomen, por extirpación del apéndice, o por una cesárea vertical, o por cualquier otra cirugía, que se nota mucho por estar hundida o por haberse abierto o supurado en su momento? ¿Le avergüenza cuando va a la playa, y no se atreve a lucir un bikini por culpa de ella?

Si el suyo es alguno de estos casos, la abdominoplastia puede ser la solución indicada para usted.

Sin embargo, si presenta usted obesidad o sobrepeso en el momento presente, tenga en cuenta que la abdominoplastia no es un método de adelgazamiento, ya que el exceso de grasa estará en todo su organismo, y no sólo en el abdomen. Por lo tanto, la forma de eliminarlo es mediante dieta y ejercicio.

Es más, si presenta usted exceso de piel en el abdomen y también sobrepeso, y tiene la intención de adelgazar, es mejor que lo haga antes de someterse a la intervención. De hacerlo al revés, es decir, si se hace la abdominoplastia primero y pierde una cantidad importante de peso después, es posible que la piel de su barriga se vuelva a aflojar, con lo cual se pierde el aspecto de piel firme en el abdomen conseguida con la cirugía, y en casos extremos puede ser necesario realizar una nueva abdominoplastia.

Si tiene sobrepeso, pero no desea o no es capaz de seguir una dieta, es posible realizar la abdominoplastia, pero su resultado estético será más limitado, y si más adelante cambia de opinión y pierde peso, se arriesga a que ocurra lo que hemos comentado anteriormente.

Si su problema es la presencia de una cicatriz fea en el abdomen, situada por debajo del ombligo, quizá se pregunte qué ventaja tiene la abdominoplastia, puesto que ella misma deja una cicatriz larga. Pues sí la tiene, ya que esta cicatriz está diseñada para que quede muy baja y pueda ocultarse fácilmente con la braguita o el bikini. Además, un factor importante para el aspecto estético de las cicatrices es su orientación: la cicatriz de la abdominoplastia va a favor de las líneas de tensión de la piel, por lo que no sufre tanta tracción y su resultado final es más discreto y aplanado que, por ejemplo, la de una cesárea vertical, que va justo en contra de las citadas líneas de tensión, y por eso en prácticamente todos los casos se ensancha y hunde, quedando adherida al plano muscular que hay por debajo, y dando al abdomen un aspecto dividido.

Como en la abdominoplastia se elimina una amplia porción de piel que va desde el ombligo hasta el vello del pubis, toda cicatriz o estría existente en esa localización desaparece, quedando solamente la cicatriz de la propia abdominoplastia en la parte más baja del abdomen.

Un factor primordial a la hora de plantearse una intervención de cirugía estética, como es la abdominoplastia, es encontrarse en buen estado de salud. Si padece algún trastorno, éste debe encontrarse estable, tratado y controlado por su médico correspondiente, quien dará las recomendaciones oportunas de cara a la operación.

También es importante la estabilidad psicológica, así como que las expectativas que se tengan respecto a los resultados de la intervención sean realistas. Los mejores resultados se obtienen con pacientes de peso normal, o en todo caso con un pequeño sobrepeso, cuyo problema es un acúmulo localizado de grasa y un sobrante de piel en la zona abdominal que no son capaces de eliminar con dieta ni ejercicio físico.

Y la principal indicación de la abdominoplastia es, por supuesto, como ya hemos comentado, la relajación de los tejidos abdominales que presentan muchas mujeres después de los embarazos. O bien después de una importante pérdida de peso, tanto en hombres como en mujeres.

Si es mujer y tiene la intención de quedarse embarazada de nuevo en el futuro, piense si le merece la pena realizarse la intervención ahora, o esperar a después del último embarazo para hacérsela, puesto que una gestación después de la cirugía puede volver a distender los tejidos abdominales y hacer que se pierda el beneficio estético obtenido con la operación.

Es la ocasión de aclarar aquí una duda que preocupa a muchas pacientes: Se dicen: «Ya no tengo intención de tener más hijos, y voy a someterme a la intervención. Pero ¿qué ocurre si más adelante cambio de idea, o bien me quedo embarazada de forma inesperada? ¿Aguantará la piel un nuevo estiramiento, al haberse quitado ya una parte de la misma?». La respuesta es sí. La piel, sobre todo si la distensión a la que está sometida es progresiva, como ocurre en el embarazo, es capaz de darse de sí todo lo que haga falta. No se romperá ni abrirá, ni perjudicará al embarazo ni causará ningún problema de salud. Todo lo que puede pasar es que después se quede floja de nuevo, o que aparezcan estrías, en cuyo caso el abdomen perderá el buen aspecto obtenido con la intervención, pero nada más. Y en respuesta a otra duda frecuentesí, se puede uno/a hacer más de una abdominoplastia a lo largo de la vida, siempre que el sobrante de piel lo justifique.

Como hemos comentado ya en el apartado anterior, si tiene sobrepeso u obesidad importante puede ser aconsejable que pierda peso primero, antes de someterse a la intervención, en vez de hacerlo después.

Hay algunos casos de cicatrices en el abdomen, sobre todo si éstas están situadas en la parte superior del mismo, por encima del ombligo, que pueden contraindicar la intervención o limitar el resultado que se puede obtener, ya que el tejido cicatricial, a diferencia de la piel normal, es rígido y poco elástico, y puede impedir que la piel se adapte a su nueva posición, más estirada. En cambio, las cicatrices situadas en la parte inferior del abdomen pueden ser eliminadas mediante la intervención.

Si desea conocer más detalles sobre las condiciones básicas que deben cumplir todos/as aquellos/as pacientes que van a sometrse a una intervención de cirugía estética, puede encontrarlos en nuestra sección «Cirugía > Pasos de una intervención quirúrgica > ¿Qué personas pueden intervenirse de cirugía estética?» desde el menú desplegable superior.

Toda operación de cirugía estética ha de ser cuidadosamente planificada, y la abdominoplastia no es una excepción.

En la primera entrevista en consulta con la Dra. Prada, cirujana que realizará la intervención, ella le explicará todos los pormenores acerca de ésta, y aclarará todas las dudas que se le presenten. La doctora deseará saber cómo es su estado de salud en general, si fuma, si ha tenido embarazos, si presenta alguna alergia o enfermedad o si está realizando algún tratamiento que pueda interferir con la cirugía.

Durante la exploración física, la cirujana comprobará el grado de distensión de su abdomen y las características de su piel, así como del tono y situación de los músculos abdominales, la presencia de cicatrices, el grado de sobrepeso u obesidad, si lo hay, etc. A la vista de estos datos, le dirá si e posible obtener el resultado que desea, o bien si, en vez de una abdominoplastia, puede haber otro procedimiento, quirúrgico o no, más indicado para su caso. Por ejemplo:

  • Si presenta usted acumulación de grasa sin sobrante de piel, una liposucción, bien sólo de abdomen o también de flancos, puede ser suficiente para conseguir el aspecto deseado.
  • Si sólo hay sobrante de piel, con o sin exceso de grasa, por debajo del ombligo, existe un procedimiento más sencillo que la abdominoplastia, denominado mini-abdominoplastia, que puede eliminarlo con una cicatriz generalmente más corta, menos inflamación y sin movilizar el ombligo. Es un procedimiento más breve que requerirá una permanencia en la clínica más corta.

También es posible combinar la abdominoplastia con otros procedimientos. Nosotros en prácticamente todos los casos incluimos en ella, como un paso más, una liposucción previa de abdomen y flancos, que facilita la adaptación de los tejidos y mejora enormemente el resultado, denominándose la intervención lipoabdominoplastia. Pero también es posible realizar otras intervenciones simultáneamente, siempre y cuando el tiempo total de la cirugía, y la agresión que se realiza al organismo, sea razonable.

La doctora le dará un documento de varias páginas que contiene su número de teléfono móvil personal, para que pueda consultarle cualquier duda que le surja con posterioridad; información sobre la intervención y el postoperatorio; el consentimiento informado; y las recomendaciones para antes y después de la intervención. También le dará un presupuesto por escrito y, si lo desea, le informará sobre nuestro sistema de financiación. Esta intervención no está cubierta por la sanidad pública ni por los seguros médicos privados, ya que se considera cirugía estética.

Si decide formalizar la intervención en ese momento, o bien en otro momento durante una visita preoperatoria, se realizará la Historia Clínica, en la que se anotarán todos los datos necesarios, y se fijará la fecha, hora y lugar de la cirugía. Antes de la misma deberá realizarse un estudio preoperatorio y adquirir una faja de presión elástica, de tipo ortopédico, que se colocará ya en el quirófano, encima de los vendajes, al terminar el procedimiento, y llevará después durante el primer mes y medio. La doctora le explicará dónde adquirirla y cómo llevarla.

El día de la operación deberá acudir en ayunas de sólidos y líquidos desde 6 horas antes de la hora prevista para el comienzo de la misma.

Si es fumador/a, es extremadamente importante para la buena evolución postoperatoria de esta intervención que no fume durante las tres semanas anteriores y posteriores a la cirugía. La nicotina del tabaco es muy dañina para la cicatrización, ya qe estrecha los vasos sanguíneos y limita la llegada de la sangre a los tejidos que se han movilizado a un nuevo lugar. Podría ocasionar lesión de la piel y otros problemas.

Tanto la abdominoplastia como la mini-abdominoplastia requieren para su realización el uso de un quirófano perteneciente a una clínica u hospital que cuente con los medios y garantías necesarios para este tipo de intervenciones y sus postoperatorios.

En el Centro Médico Prada, CMP, de Sevilla, empleamos para este fin las instalacioes de dos de las mejores clínicas privadas de Sevilla: el Hospital Infanta Luisa, en Triana, y Viamed Santa Ángela de la Cruz, en Bellavista.

La abdominoplastia y la lipoabdominoplastia se realizan bajo anestesia general. La mini-abdominoplastia y la liposucción pueden hacerse también, en algunos casos, con anestesia general con sedación, permaneciendo el/la paciente despierto/a pero muy relajado/a y sin sentir dolor alguno, salvo alguna pequeña molestia ocasional. Tras la intervención permanecerá en la clínica por espacio de varias horas, en que estará vigilado/a mientras se disipa el efecto de la anestesia, o bien hasta el día siguiente.

En la abdominoplastia se dejan unos drenajes que salen por la región púbica, bajo la cicatriz. Normalmente es posible retirarlos al día siguiente. En cambio, en la mini-abdominoplastia y en la liposucción abdominal no es preciso dejar drenajes.

Si desea obtener más información en profundidad sobre estos temas, podrá encontrarla en la página «Cirugía > Pasos de una intervención quirúrgica > La cirugía y la anestesia» desde el menú desplegable superior, donde comentamos en detalle el proceso desde que entra en la clínica hasta que se va de alta a su domicilio.

La duración de la abdominoplastia es de unas 2 horas y media, o 3 horas si se combina con liposucción (lipoabdominoplastia). Se realiza una incisión horizontal muy baja en el abdomen, a la altura del vello del pubis en el centro y subiendo ligeramente hacia los lados, de forma que la cicatriz resultante pueda ocultarse bien con una braguita o bikini. Desde aquí se hace un despegamiento de la piel y la grasa del abdomen hasta justo por debajo del pecho.

Alrededor del ombligo se hace también una pequeña incisión para poder levantar la piel, y el ombligo propiamente dicho se deja unido a los músculos abdominales por un tallo que posee. Como se puede observar directamente el estado de los citados músculos, si tienen una separación en el centro, cosa frecuente tras los embarazos, se pueden volver a juntar mediante una sutura oculta, tensando y reafirmando así la pared muscular del abdomen.

La piel se estira hacia abajo, de forma que la que inicialmente estaba por encima del ombligo pasa a cubrir todo el abdomen, y la que estaba por debajo del mismo es la que se elimina (con sus estrías o cicatrices, si las hay). Una vez retirada la piel sobrante y adaptado todo a su lugar, se practica un orificio central para que por él asome el ombligo, que es el mismo que había antes, sólo que ahora asoma por otro punto de la piel (pero en su sitio, naturalmente), y se sutura alrededor con puntos ocultos y reabsorbibles, que ni dejan marca ni hay que quitarlos después.

La incisión inferior también se sutura con puntos reabsorbibles y ocultos. Se dejan unos drenajes que salen por el pubis, bajo la incisión, y que se suelen poder quitar al día siguiente.

Al terminar la intervención, se colocan apósitos sobre las incisiones y la faja ortopédica, que se tendrá disponible en el quirófano para ello.

En la mini-abdominoplastia, la incisión inferior es similar, aunque quizá algo más corta, según el caso, pero el despegamiento de la piel y grasa es menor y se limita a la parte situada por debajo del ombligo, que no se toca. Puede obtener más información sobre esta modalidad de intervención en nuestra sección «Zonas corporales > Abdomen > Mini-abdominoplastia» del menú desplegable superior.

Si lo desea, puede ver el siguiente vídeo explicativo de la intervención. Debemos advertir que en nuestros vídeos se ven imágenes reales de intervenciones, no simulaciones ni animaciones. Debe tenerlo en cuenta si cree que las imágenes pueden herir su sensibilidad.

Al despertar de la intervención, en el mismo quirófano, ya tendrá puesta la faja, encima del vendaje. Se encontrará al principio somnoliento/a y notará frío e incluso tiritona, pero esto se le pasará en breve tiempo. Le/a llevarán a la Sala de Despertar, donde permanecerá un rato, y cuando esté más despejado/a podrá pasar a la habitación, donde estará junto con sus acompañantes o familiares. Pasadas unas horas podrá empezar a beber y a comer. La Dra. Prada irá a visitarle/a por la tarde, para comprobar que todo transcurre con normalidad.

Al día siguiente, la doctora irá de nuevo a quitarle los drenajes y a darle el alta a su domicilio. Le entregará un informe de alta, con el resumen de la intervención y la pauta de tratamiento para seguir en casa, que consiste en un antibiótico durante una semana, y calmantes según necesidad. Puede informarse más extensamente sobre el proceso de recuperación en nuestra sección «Cirugía > Pasos de una intervención quirúrgica > El postoperatorio» del menú desplegable superior.

Al cabo de tres días, tendrá cita en Centro Médico Prada para que la cirujana le realice la primera cura, que consiste en retirar los vendajes pegados con esparadrapo y sustituirlos por unas gasas sueltas, sujetas con la misma faja. Al ser las suturas intradérmicas, no será necesario retirar punto alguno.

A partir de ese momento podrá ducharse y mojarse el abdomen, incluyendo las incisiones. Lo único que hay que hacer después es secarlas bien, aplicar un antiséptico y cubrirlas con gasas limpias. Y así, a diario. Es normal que los primeros días haya algunas costras o un pequeño rezumando de líquido en las incisiones, cosa que desaparece en pocos días con las curas.

Los primeros días tendrá molestias en el abdomen, principalmente al moverse o cambiar de postura, y notará una cierta tirantez que se irá quitando con el paso de los días. Puede que tenga morados, pero éstos irán pasando por varios colores para finalmente desaparecer. Conviene qe se mueva y camine desde el mismo día del alta, para mantener activa la circulación en las piernas. Sobre las tres semanas podrá hacer sin problema prácticamente todos los movimientos de una vida normal, salvo quizá el deporte, que tendrá que esperar un poco más.

La faja ha de llevarse día y noche, quitándola sólo para la ducha, durante el primer mes tras la cirugía. Después, podrá empezar a quitársela durante 8 horas al día, y al cabo de dos semanas más, es decir, al mes y medio, podrá prescindir de ella definitivamente.

Durante unos meses habrá un cierto grado de inflamación en el abdomen, y enrojecimiento en las cicatrices. Esto irá mejorando poco a poco hasta la maduración completa de los tejidos. Mientras las cicatrices se muestren rosadas tendrá que tener precaución, cuando vaya a tomar el sol, de protegerlas con crema solar de SPF máximo (50 o más), para evitar que se pigmenten y se vuelvan oscuras. Cuando ya estén completamente blancas, no tendrá que preocuparse de protegerlas de esta forma, y se notarán mucho menos al ser del mismo color que la piel de alrededor. Quedarán disimuladas al poderse cubrir bien con la braguita o bikini.

Las revisiones en consulta se harán durante un año tras la intervención, y serán más frecuentes al principio y más espaciadas después. No obstante, aunque haya pasado más tiempo, si desea consultar cualquier duda podrá pedir cita con la doctora, que estará encantada de atenderle/a.

La abdominoplastia dermolipectomía abdominal es una intervención que proporciona unos resultados espectaculares, ya que proporciona un vientre firme y plano en los casos en que hay abombamiento del mismo por debilidad muscular o un exceso de piel y grasa. Si se combina con liposucción en los casos que lo requieren, el aspecto del abdomen mejora aún más. Estos resultados se mantienen a largo plazo siempre que se conserve un peso estable siguiendo una dieta equilibrada y practicando algo de ejercicio de forma regular.

Aunque la cicatriz de la abdominoplastia es permanente, con el tiempo madura, se blanquea y se disimula una vez más. Por su ubicación, se esconde fácilmente debajo de la ropa interior o de baño. Siempre que tenga en cuenta que habrá una cicatriz postoperatoria, el nuevo aspecto de su vientre le dará gran satisfacción.

Abdominoplastia, antes y después:

  • Caso nº 1:

 

  • Caso nº 2:

  • Caso nº 3:

Abdominoplastia con reconstrucción de ombligo

  • Caso nº 4:

Una consecuencia habitual de la pérdida de peso importante, después de haber sufrido obesidad, es el descolgamiento de la piel en diversas zonas del organismo, como el abdomen, los brazos, los muslos, y también la cara y la papada. En el caso del abdomen, la piel puede llegar a formar un faldón que cuelga sobre el pubis, y también suele verse un pliegue que cae sobre el ombligo y a menudo lo oculta.

La solución para este problema, que es estético pero también causa incomodidad, es precisamente la realización de una abdominoplastia o dermolipectomía abdominal, con frecuencia combinada con liposucción de la zona del abdomen, de los flancos (o “flotadores”) e incluso de la espalda para eliminar la grasa residual sobrante que pueda quedar bajo la piel (lo que se denomina lipoabdominoplastia). En algunas ocasiones, tras grandes obesidades, el pliegue sobrante de piel se prolonga hacia los lados e incluso hasta la parte posterior del cuerpo, por lo que la cicatriz ha de prolongarse lo necesario, incluso circunferencialmente.

La abdominoplastia permite, también, corregir hernias que puedan haberse formado en la musculatura abdominal, por ejemplo en el ombligo, muy típicas en los casos de obesidad.

En otras zonas del cuerpo que así lo requieran pueden realizarse procedimientos de eliminación de piel sobrante como son los “liftings” de brazos, de muslos o facial.

Una de las indicaciones menos conocidas de la abdominoplastia es precisamente la eliminación de cicatrices situadas por debajo del ombligo. Es cierto que la abdominoplastia deja de por sí una cicatriz larga, pero ésta se sitúa muy baja, justo por encima del vello del pubis, por lo que se puede cubrir y disimular mucho mejor, y además es horizontal, de forma que va a favor de las líneas de tensión de la piel. Este hecho, y la realización de una sutura intradérmica cuidadosa, para que no queden marcas de puntos, pueden hacer que la cicatriz de la abdominoplastia sea, una vez madura, mucho más disimulada que aquéllas a las que sustituye.

Es muy importante la mejoría que se consigue en el aspecto del abdomen especialmente cuando hay cicatrices de cesárea vertical, que en general suelen estar adheridas al plano muscular situado por debajo, por lo que se aprecian hundidas, y además llegan hasta el ombligo, por lo que el bikini no puede disimularlas. También hay ocasiones en que otras cicatrices, como las de la cirugía de la apendicitis (por vía tradicional abierta, no con la técnica laparoscópica que se suele emplear en la actualidad, con mucha menor cicatriz) también presentan hundimientos y un aspecto poco estético. Suele darse si en el postoperatorio de la apendicectomía hubo complicaciones o supuración. En este caso, como la cicatriz también se sitúa habitualmente por debajo del ombligo, es posible eliminarla mediante la abdominoplastia.

El único requisito en estos casos para poder llevar a cabo la intervención es que la piel del abdomen tenga la suficiente holgura y flexibilidad como para que la situada por encima del ombligo, una vez despegada, pueda llegar a cubrir todo el abdomen, cosa que suele ser posible en la mayoría de las personas, sobre todo si ha habido embarazos previos, como es el caso con las cicatrices de cesárea.

En cuanto al acúmulo de grasa en los flancos o caderas, es posible, aprovechando la intervención, hacer una liposucción de dichas zonas. De hecho, en la técnica denominada lipoabdominoplastia, esto se hace como un paso más de la intervención, junto con una liposucción del propio abdomen antes de proceder a eliminar la piel sobrante.

Muchas personas, al oir la palabra mini asociada a la abdominoplastia, piensan que la cicatriz es menor. A pesar del nombre, eso no es exactamente así.

La mini-abdominoplastia puede realizarse, de forma aislada o en combinación con una liposucción del abdomen, cuando hay sobrante de piel sólo bajo el ombligo. Como ya explicamos en nuestra página sobre el tema, consiste en eliminar una porción de piel de forma horizontal justo sobre el vello del pubis, por lo que después queda una cicatriz en dicha zona que, aunque es muy baja para que pueda ser cubierta por una braguita o bikini, ha de ser lo suficientemente larga hacia los lados para que la piel del abdomen quede plana, lo que quiere decir que, dependiendo del caso, puede ser casi tan larga como la de una abdominoplastia completa.

Es verdad, en cambio que en la mini-abdominoplastia, al no tener que realizar un nuevo agujero al ombligo, no hay cicatriz alrededor de éste.

El término mini, en este caso, se refiere al grado de despegamiento de la piel. En la abdominoplastia completa, el despegamiento sube por encima del ombligo hasta llegar a justo por debajo del pecho, lo que obliga a la apertura de un nuevo agujero en la piel para asomar por él el ombligo en su posición correcta, mientras que en la miniabdominoplastia, el despegamiento se queda en la parte inferior del ombligo, por lo que no hay que mover éste.

Si la calidad de la cicatrización que hace su organismo es buena, y si protege su cicatriz en el postoperatorio mediante productos de protección solar de factor alto cuando vaya a tomar el sol, con el tiempo la cicatriz madurará y se notará poco, además de ser fácilmente disimulable bajo la ropa, por lo que le habrán merecido mucho la pena los resultados de la intervención.

Es normal, después de una abdominoplastia, tener ciertas molestias en la zona, que se encuentra inflamada y con morados los primeros días. También es normal notar cansancio y decaimiento físico en general, como siempre ocurre después de una cirugía de cierta envergadura.

La medicación que se le prescribirá para este período inicial del postoperatorio hará que lo pase de la forma más cómoda y agradable posible, y ayudará a la bajada de la hinchazón.

La recuperación completa puede llevar unas semanas o meses, dependiendo de la persona. Si el estado físico previo es bueno, el proceso de vuelta a la normalidad es más rápido. Según como se encuentre, y si su trabajo no requiere esfuerzos físicos, puede volver a él en unas 2 semanas. En caso contrario, puede tener que esperar entre 3 y 4 semanas para reincorporarse al mundo laboral.

Sin embargo, es bueno comenzar a realizar ejercicio físico moderado, como andar, desde prácticamente el primer día, ya que ayuda a reducir la inflamación, evitar el riesgo de trombosis venosa en las piernas y tonificar los músculos. No obstante, hay que evitar el ejercicio intenso hasta que se pueda realizar con comodidad, generalmente a partir de los 2 meses.

Aunque la hinchazón inicial va bajando día a día ya en el primer mes, siempre queda una cierta inflamación residual que va desapareciendo a un ritmo mucho más lento, de forma que se considera que hasta pasados 6 meses o más no se puede hablar de resultado definitivo de la intervención. La cicatriz puede estar rosada y en período de maduración durante todavía más tiempo.

Una de las claves para que las cicatrices maduren correctamente y queden finalmente discretas y poco marcadas es evitar su exposición al sol hasta que estén completamente maduras, es decir, del mismo color que el resto de la piel.

Las cicatrices pasan, durante los primeros meses tras su producción, por varias fases, de duración variable según la zona del cuerpo en que se hallan y el modo de cicatrizar de cada persona. Lo normal es que estén rosadas durante un tiempo, lo que indica que hay inflamación activa en el seno de la cicatriz, que sirve para crear un cierre resistente en la piel. Cuando este proceso se termina, la cicatriz pierde ese color rosado y pasa a ponerse blanca, es decir, del mismo color que la piel de alrededor, o a veces un poco más clara. Durante el período de inflamación, el metabolismo de las células que forman parte de la cicatriz y de su entorno está más activo, incluyendo los melanocitos, responsables de la producción de melanina, el pigmento que da a la piel su color bronceado cuando tomamos el sol. Lo que quiere decir que, ante una exposición al sol sin protección en ese momento, los melanocitos emprenden una producción excesiva de melanina, que da lugar a un oscurecimiento de la piel en la cicatriz y sus alrededores. Este tono marrón de la zona es difícil de eliminar después, requiriendo tratamientos despigmentantes, etc. Por eso es mejor prevenir su aparición.

Lo dicho anteriormente no quiere decir que no se pueda tomar el sol ni ir a la playa antes de tener la cicatriz madura. Se puede hacer, siempre que se tenga la precaución de aplicar sobre la cicatriz una crema solar de alto factor de protección (SPF 50 o 60), de venta en farmacias y buenas droguerías, y renovar su uso cada 4 horas si se va a estar mucho tiempo en la playa. Esto es imprescindible incluso aunque la cicatriz quede cubierta por el bañador o bikini, como ocurre con la cicatriz inferior de la abdominoplastia, ya que la tela de la ropa de baño no siempre es totalmente opaca, sobre todo si es clara, y puede dejar pasar los rayos solares.

No hay que olvidarse tampoco de la cicatriz del ombligo, que sigue las mismas reglas, aunque suele madurar antes que la inferior.

Como es habitual que las cicatrices vayan madurando de forma desigual, es decir, que es frecuente que haya momentos en que unas partes se hayan blanqueado y otras no, hay que utilizar la protección solar máxima hasta que la totalidad de la cicatriz esté blanca y madura.

Una de las claves para que las cicatrices maduren correctamente y queden finalmente discretas y poco marcadas es evitar su exposición al sol hasta que estén completamente maduras, es decir, del mismo color que el resto de la piel.

Las cicatrices pasan, durante los primeros meses tras su producción, por varias fases, de duración variable según la zona del cuerpo en que se hallan y el modo de cicatrizar de cada persona. Lo normal es que estén rosadas durante un tiempo, lo que indica que hay inflamación activa en el seno de la cicatriz, que sirve para crear un cierre resistente en la piel. Cuando este proceso se termina, la cicatriz pierde ese color rosado y pasa a ponerse blanca, es decir, del mismo color que la piel de alrededor, o a veces un poco más clara. Durante el período de inflamación, el metabolismo de las células que forman parte de la cicatriz y de su entorno está más activo, incluyendo los melanocitos, responsables de la producción de melanina, el pigmento que da a la piel su color bronceado cuando tomamos el sol. Lo que quiere decir que, ante una exposición al sol sin protección en ese momento, los melanocitos emprenden una producción excesiva de melanina, que da lugar a un oscurecimiento de la piel en la cicatriz y sus alrededores. Este tono marrón de la zona es difícil de eliminar después, requiriendo tratamientos despigmentantes, etc. Por eso es mejor prevenir su aparición.

Tanto la abdominoplastia como la miniabdominoplastia están indicadas en los casos en que sobra piel en el abdomen o ésta está fláccida, bien sea en caso de obesidad, tras un adelgazamiento importante o, con más frecuencia, después de uno o varios embarazos

La principal diferencia entre ambas estriba en que, en la miniabdominoplastia, el despegamiento de piel de del vientre sólo llega hasta el ombligo, permaneciendo éste en su sitio y no sufriendo desplazamiento alguno. La porción de piel que se elimina es una tira más o menos estrecha de piel mediante una incisión que es, al igual que en la abdominoplastia, horizontal y muy baja, justo por encima del vello del pubis.

Por tanto, la miniabdominoplastia está indicada sólo en aquellos casos en que la piel sobrante se sitúa exclusivamente por debajo del ombligo. En cambio, si hay flaccidez o sobrante de piel por encima de éste, cosa que se ve por la presencia de pliegues, que a veces llegan a cubrir el propio ombligo dándole aspecto de coma invertida o de “boquita triste», es necesario realizar una abdominoplastia completa para poder corregirla.

Los resultados de una mini-abdominoplastia son excelentes en la eliminación de estrías y cicatrices que se sitúen muy bajas en el abdomen, ya que éstas desaparecen con la piel eliminada. Sin embargo, si presenta estrías y cicatrices más altas, como suele ser la de una cesárea vertical, o incluso situadas por encima del ombligo, la indicación es la de realizar una abdominoplastia.

No hay que olvidarse tampoco de la cicatriz del ombligo, que sigue las mismas reglas, aunque suele madurar antes que la inferior.

Como es habitual que las cicatrices vayan madurando de forma desigual, es decir, que es frecuente que haya momentos en que unas partes se hayan blanqueado y otras no, hay que utilizar la protección solar máxima hasta que la totalidad de la cicatriz esté blanca y madura.

Desde el punto de vista médico, el tiempo que tarda la cicatriz inferior de la abdominoplastia en adquirir la resistencia suficiente como para no dañarse o abrirse con movimientos relativamente intensos o bruscos, como los de las relaciones sexuales, es de al menos dos semanas. Además, antes de ese tiempo el roce sobre la incisión puede ser causa de la penetración de gérmenes en ella, por lo que puede infectarse.

Después de ese tiempo, ya depende de las molestias y la sensación de tirantez que aún tenga la persona, cuya duración es variable de una a otra, por lo que no hay una pauta fija, sino que cada paciente verá en qué momento se encuentra ya en condiciones de practicar el sexo, en función de su rapidez de recuperación en el postoperatorio y de sus hábitos sexuales.

En cualquier caso, después de 1 o 2 meses prácticamente la totalidad de los/as pacientes intervenidos/as de abdominoplastia están en condiciones de realizar cualquier actividad física habitual en ellos/as, incluyendo la deportiva y la sexual.

Las estrías son líneas o bandas que se producen en la piel, de forma irregular, y que se deben a fracturas de la capa de resistencia de la misma, llamada dermis, compuesta de colágeno. Al principio suelen ser rojizas y brillantes, por la presencia de inflamación cuando la fractura se acaba de producir, pero con el tiempo se vuelven blanquecinas y con aspecto de cicatriz, ya que suelen estar ligeramente deprimidas y tener una textura diferente a la de la piel de alrededor.

Estas fracturas generalmente se producen por estiramiento, y así es muy frecuente que aparezcan al engordar rápidamente, a veces durante el crecimiento de la persona, y con bastante frecuencia en el abdomen y en el pecho durante el embarazo.

En general, el factor que condiciona principalmente la aparición o no de estrías en las circunstancias descritas es la calidad de la piel de la persona, condicionada genéticamente: hay pieles con gran elasticidad y resistencia, que soportan el estiramiento y después vuelven a su situación inicial sin alterarse, y otras finas y frágiles que no lo hacen, y en esas circunstancias se vuelven fláccidas y con estrías.

Hay enfermedades, como el síndrome de Cushing (exceso de producción de hormonas corticosteroides por parte del organismo), o tratamientos (con fármacos corticosteroides, etc.) que dan una propensión a la aparición de estrías, ya que uno de los efectos de los corticosteroides es, de hecho, adelgazar la dermis y hacerla más frágil, y más propensa a la fractura.

Desgraciadamente, aún no se ha descubierto un tratamiento que sea capaz de eliminar totalmente o disimular las estrías, una vez que aparecen. Las que aún son rojizas o violáceas se pueden tratar con láser a fin de acelerar su maduración, de modo que se vuelvan blancas cuanto antes, y así se noten menos, pero no se pueden hacer desaparecer.

Las estrías que aparecen en el embarazo suelen verse, sobre todo, en la mitad inferior del abdomen, bajo el ombligo, y en otras ocasiones de forma radial en torno a éste. Si se da el primer caso, una abdominoplastia puede eliminarlas, ya que en esta intervención se extirpa toda la piel que va desde el ombligo hasta el vello del pubis, quedando sustituida por la que inicialmente estaba por encima del ombligo, que cambia de lugar. Sin embargo, si hay estrías también por encima del ombligo, éstas no desaparecerán, aunque cambiarán de sitio y descenderán, como lo hace la piel, de modo que pueden taparse o disimularse mejor.

VISÍTANOS

LA PRIMERA CONSULTA ES GRATUITA